Parte 5

4 1 0
                                    


Los días eran cada vez más cansados en ese lugar, su piel palidecía y su fuerza disminuía más día con día. Comenzaba a perder la vida lentamente.

Todo pasó bastante rápido, una ambulancia, su cuerpo inerte casi sin pulso, llevába inconsciente aproximadamente una hora.

Todo había llegado a un punto extremo, "J" se encontraba preocupado, ¿Qué mierda le había hecho a la persona que se suponía amaba? Lo estába llevándo a la muerte y sin darse cuenta, caía cada vez más profundamente en una obsesión. "Y" no era al primer chico al que le hacía eso, pero sí fue al que más destruyó emocionalmente ¿Realmente podía ser así? ¿Perdería a su destinado por una simple obsesión? Se negaba a aceptar aquello. Gruñó molesto, dando vueltas por el pasillo del hospital; no podía terminar de esa forma, tenía que solucionar todo, no podía perderlo... Eso nunca.

Se sentó en una silla cercana y soltó un suspiro pesado, en ese instante el médico encargado salió mirándolo con preocupación, "Y" se encontraba muy mal. Tanto él como su lobo estában al borde de la muerte.

La noticia le cayó como balde de agua fría al mayor quien comenzó a llorar lleno de desespero.

Por otra parte estába "Y", su débil y delicado cuerpo reposaba sobre las sábanas blancas de la cama de hospital, inerte. Había despertado a penas hace un par de minutos, observó la pared blanca hacia un punto muerto. En ese momento entró "J" mirándo al menor, caminó lento hasta llegar a su lado para tomar asiento, quizo tomar su mano recibiendo un rechazo por parte del menor, todo estába perdido, él estaba jodidamente perdido. Únicamente se dedicó a ver al menor.

—Felicidades.

Dijo sonriendo con sorna, voltendo a ver al mayor.

—Ésto es lo que tanto querías ¿No?

Regresó su vista hacia el frente, soltando una carcajada un tanto oscura.

—No, no es-

El menor lo calló, volviéndo a mirarlo.

—¡¿A no?! ¡¿No estás ni siquiera poco satisfecho?! ¡Casi muero por tu culpa! ¡¿No es acaso suficiente para tí?!

Lo observó bastante exaltado, habría sido otra situacción él hubiese reaccionado mal, le habría gritado e incluso golpeado pero ésta vez no, sabía que el menor tenía razón, sabía que era por él que habían llegado hasta ese punto.

—¡¿Qué más quieres de mí, ah?! ¡¿No te bastó a caso?!

Dijo, comenzando a golpear el pecho del contrario. Por primera vez sentía que lo odiaba, lo odiaba con todas las fuerzas que quedaban en él, en verdad lo hacía.

Sollozó, mirándolo.

—¡VETE! ¡DÉJAME EN PAZ DE UNA MALDITA VEZ!

Gritó. Había llegado a su límite, su sangre hervía con rabia. Lo íba a joder aún peor de lo que lo había hecho con él, de eso estába más que seguro.

Sonrió con cinismo al verle salir de la habitación ¿Qué rayos había sido eso? Ese no era el chico tierno y amable que él conocía, no era del cuál se enamoró. Para su mala fortuna, él había creado algo aún peor de lo que ya era.

Pasaron un par de días, finalmente "Y" tenía el alta para salir de aquél tedioso sitio. No comía y pasaba la mayor parte de su tiempo durmiendo.

Un día, "J" trató de acercarse fallando totalmente en el intento. "Y" ya no era el mismo, era alguien completamente distinto a lo que él había conocido.

Una tarde estába trabajando en la habitación que compartía con el menor, no se quería separar de él, lo íba a cuidar aunque bueno, eso no sería posible por mucho tiempo. El menor entró a la habitación con un tazón de fresas con chocolate, últimamente eso era lo que comía, sabía que "J" tenía cierta adicción por éstas pero siempre que intentaba quitarle una al menor, éste se íba dejándole sólo.

Sonrió suavemente al verlo acercárse en su dirección, dejándo el tazón en el escritorio.

—Son para tí.

Dijo aún con la sonrisa, dejando un beso en la mejilla del mayor. Ese era el tierno y dulce niño que había conocido hacía casi tres años, sonrió agradeciéndole y lo miró.

—Estaré un rato más trabajando y después, me dedicaré a mimarte.

Sonrió mientras acariciaba la cintura de el menor. Estupéndo, "Y" tendría tiempo para preparar la sorpresa que le tenía.

Las fresas con chocolate no son para tiOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz