Capítulo 11

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Escenas +18...

—Si crees que no me doy cuenta lo que produzco en ti estás equivocada—gruñe levantándose de la cama y acercándose peligrosamente.

—¡Por favor!—río exageradamente—Lo único que produces en mí son ganas de vomitar.

En un movimiento rápido usando su velocidad lobuna, se acercó acorralándome en una pared.

—Puedo saborear tu excitación desde aquí—dice olfateando.

Le pego en sus partes.

—Saboreate esta—suelto enfadada escapando de su encierro.

Escuché un sonido en la puerta, pero antes de que pueda investigar Nicholas apareció nuevamente frénate a mi.

—Kira, Kira, Kira—dice repetitivamente.

—Si, ese es mi nombre. Acertaste, felicidades—expulso en el tono más amargo que pude crear.

—Desde el momento en que te vi te quise para mi—susurra en mi oído.

—Lastima que eso no te detuvo para torturarme.

Su pecho desnudó tan cerca de mi no ayudaba en la situación.

—Aléjate—suelto de pronto.

Su cercanía me estaba enloqueciendo.

—¿Temes no poder controlarte?—susurra muy cerca de mi.

Nuestros ojos se juntaron y todo a nuestro alrededor desapareció, solo se escuchaban nuestras entrecortadas respiraciones.

—Soy todo tuyo, ¿Por qué no pruebas lo que es tuyo?—dice seductoramente.

Lo probaré, como si de una paleta dulce se tratara. ¿Impulsiva? Claro que si ¿Lo disfrutaré? Claro que si.

Nicholas pudo ver en mis ojos la decisión que acababa de tomar y sonrió maliciosamente.

Unimos nuestros labios apasionadamente, me tomo de los muslos levantándome en el aire, yo enrolle mis piernas en su cadera. Pude sentí algo duro chocar contra mi espalda, me había apoyado contra la pared.

Su erección crecía sin parar.

—Voy a follarte —dice entre mis labios.

Yo solo asentí, que lo haga de una vez.

—Voy a follarte tan fuerte que no podrás caminar en días—dice llevándome hacia la cama.

—Mucho hablar, poca acción.

—Paciencia mi loba.

"Mi loba" retumbó en mi corazón.

—Estoy lejos de ser tuya.

Me dejo caer en la cama posicionándome bajo el.

—Un solo gemido, aunque sea un pequeño jadeo que salga de esos labios y serás mía.

Yo asentí. No planeaba perder en esto.

Le saque el pantalón y seguido su ropa interior, tuve que obligarme a desviarla mirada de su gran miembro. Luego, me quitó la ropa restante que tenía rompiendo la mayoría de ellas.

—Lo pagarás—digo subiéndome sobre el.

No se como, pero volvió a estar sobre mi y sin previa advertencia introdujo su miembro en mi parte baja.

Tuve que contener un jadeo juntando mis labios, Nicholas tomó la oportunidad y se acercó a mis labios abriéndolos, ponía en riesgo lo que había contenido.

Dos mates y una damaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora