Suya

Parte I: Guerra

Al final logró lastimarme. Me había convencido de que esto no volvería a pasar, pero la avalancha fue tan repentina como imposible de contener. Supongo que no importa cuánto lo intentes, siempre vuelves al mismo punto. Estás condenado a repetir una y otra y otra vez los mismos errores.

Soy desdichada, incluso cuando obtuve lo que busqué desde un principio. ¿Acaso lo busqué yo? Sigo preguntándomelo. Podría haberme negado y no lo hice; creí que esto lo solucionaría, que si me esforzaba lo suficiente lograría cambiar el destino. Qué ingenua fui; qué necia sigo siendo.

A medida que pasan los días, su sufrimiento se incrementa; aun así, no quiero que se vaya. Todavía me hallo a mí misma tan egoísta...

Tal vez algunas cosas no cambien.

Por otra parte, sé que puedo impedir que él me deje. Ha de parecer ególatra, pero estoy segura que una palabra mía bastaría para retenerlo. Sin embargo, no haré nada. No arruinaré su porvenir ni sobrepondré mis sueños a los suyos.

Ojalá esto dejase de afectarme tanto. Ojalá pudiese ser fuerte, pero nunca lo fui. Intento resignarme y me resulta imposible. No concibo la vida de otra forma que no sea a su lado y estoy segura de que él tampoco lo hace. 

Piensen lo que quieran de nosotros, siempre nos ha dado igual. Sepan, sin embargo, que la decisión fue mía. Y yo elegí ser suya.

No me arrepiento de lo que pasó. En cuanto a la profunda herida que se ha abierto en mi alma, espero que algún día logre cicatrizar.

Quizá solo así sea posible recordar.