¿Poliamor? ¡Una mierda! © [Amores Complicados #2]

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"Take a piece of my heart
And make it all your own
So when we are apart
You'll never be alone
You'll never be alone

You'll never be alone
When you miss me close your eyes
I may be far but never gone
When you fall asleep tonight
Just remember that we lay under the same stars".

— Never Be Alone.

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Un día había pasado desde la boda de los Dallen, ellos se habían ido de luna de miel, eran muy tiernos, esa era: su historia. Juls estaba junto a Unbekannt, sinceramente, ya se había más que acostumbrado a llamarlo así, aunque a veces cuando se enojaba lo llamaba por su nombre.

— Creo que aún me debes una explicación —ella lo miró de soslayo, curiosa.

— Yo creo que.. —él la miró sonriendo—, sí, ¿no escaparé de esta, verdad?

Ella negó haciendo un mohín. Qué tierna se veía así.

— Bien —suspiró él—, entonces, tendremos que adentrarnos a lo más profundo de mi mente para entender.

— Tomate tu tiempo, amor —ella sonrió transmitiendole paz.

— Eres muy linda cuando me llamas amor —admitió él.

— Es que eres mi amor —ella se encogió de hombros ruborizada.

— Te amo.

— Yo a ti —sonrió tierna—, entonces, adentremonos a tu mente.

— Como mande, mi dulzura.

Ella lo miró enternecida y esperó.

Era el cumpleaños de aquel niño, se supone que este sería su día, el más feliz, el más esperado por sus padres, y por él.

Sin embargo, no todo era muy bueno aquel día, escuchó unos gritos, de nuevo estaban peleando sus padres, ¿cuándo se cansarían de pelear?

Al parecer nunca, en ese momento él no podía entender el motivo de su pelea, pero si pudo captar, que sería la última noche de su padre en esa casa.

— ¡Sí te quieres ir, vete! —fue lo que gritó su madre. Aquella mujer tenía una mirada de odio puro, rencor, pero en el fondo, el dolor estaba bien escondido, no quería verse débil ante su ahora ex pareja.

— ¡Bien! —respondió su padre—, ¡pero me llevaré a nuestro hijo!

— ¡¿Es qué él es lo único que te importa?! —gritó furiosa su madre.

— ¡Es mi sangre! —exclamó igual de furioso—, ¡él se va conmigo!

— ¡En tus sueños! —gritó enojada—, ¡él se queda! ¡Lárgate de mi casa! ¡No te quiero volver a ver en mi vida!

— ¡Uy, ni que tuviera muchas ganas de ver tu cara de amargada, eh! —exclamó sarcástico.

— ¡Te odio! —ella lo empujó hasta la puerta—, ¡largo de aquí!