Capitulo 11 Paparataxis

570 33 4
                                    

Centímetros nos separan. Solo un poco mas, por favor, un poco más y estaremos totalmente unidos.  Lo veo a los ojos. Sus ojos se hacen profundos y oscuros, yo inclino la cabeza un poco más hacia él. Ya me puede besar, le doy permiso. Ya puede hacer lo que iba a hacer en el living del hotel. Él se acerca un poco más. Nuestros labios se rozan como fuego y hielo. Nuestras respiraciones son contadas y entrecortadas. Nuestros corazones laten al unisón y con el mismo tambor. Nosotros, somos uno. Pero, Christian no se acerca, se aleja. Cierra los ojos con fuerza y niega con la cabeza casi sin moverse. Cuando abre los ojos de nuevo, se nota distinto, con más decisión y determinación

-Renesmee. Deberías de alejarte. No soy un buen hombre para ti —frunzo el ceño ¿a qué viene eso?

-En todo caso, sería al revés, Christian. Yo no soy buena para ti —y es la verdad. Soy un imán de problemas. Aprecio demasiado a Christian, aunque jamás lo diré en voz alta, como para permitir que se involucre con alguien como yo.

-No te creo

-Pues créelo Christian —tomo aire y me acerco un poco más, y el no muestra signos de querer separarse, lo cual me hace sentir muy bien — tengo secretos, muchos. Secretos que, si no los contraigo, pueden afectar mi presente —lo miro atravez de mis pestañas — Y no soy lo suficientemente egoísta como para dejar que eso te afecte

-Y, ¿Qué pasa si deseo que seas lo suficientemente egoísta y estés a mi lado? ¿Qué pasaría? —

Gris vr Café. Una guerra sin vencedor

-Cuidado con lo que deseas. Pueden hacerse realidad

Su mano me acaricia la cara casi con fascinación. Yo me dejo embriagar por su delicioso aroma. Y no estoy hablando solo de su sangre

-Renesmee Cullen, eres todo un libro difícil de leer. Y yo amo lo difícil

-A mí no me gusta que me lean

Su mano se quita casi obligada de mi cintura, pero no nos alejamos. Seguimos en nuestra burbuja. Solo él y yo. Nadie más importa, ni importara. Quería que me besara ¡Por Dios! Quería que Christian Grey me besara, y no lo hizo. No puedo estar más decepcionada

El me aparta un rizo rebelde que ha caído a mi cara, y se me queda viendo. Le sostengo la mirada. Definitivamente, jamás me cansare de mirar es gris líquido y oscuro. Es hermoso, pero agonizante. Una mezcla muy contradictoria

-Gracias — murmuro

-¿Por qué?

-Por el café, por haberme

-No fue nada. El idiota estaba manejado en sentido contrario. No quiero ni imaginar que hubiera pasado si yo no estaba a tu lado y te jalaba para evitar el choque. No es nada imaginarte en un hospital

Probablemente en ese hospital me encontraría a mi abuelo, el llamaría a toda mi familia. Y luego me obligarían a aquedarme con ellos. Si, muchas gracias Grey, me alejaste de la prisión

-Vamos al hotel —quiero irme. Quiero pensar. Esto es tan frustrante. Jamás me hubiera imaginado en una situación como esta. Deseando, anhelando que otro hombre me besara, casi con desesperación

Me separo de e el con lentitud. Él toma una gran respiración y luego asiente. Caminamos al lado del otro, en silencio. Cada uno en sus pensamientos. Por un lado me siento agradecida de que él se haya negado a besarme, ya que eso sería traicionar a la única persona que he amado, y por otra parte, me siento muy defraudada, quería sentirlo, saber cómo eran sus labios. Quería tenerlo conmigo

Es todo muy confuso. Lo quiero pero no lo quiero ¿se entiende?

¡No! ¡Claro que no! ¿Quién va a entender algo como eso?

Giros Del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora