Capitulo 4

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—Crei que no te volvería a ver— Ken sonríe divertido mientras bebé una poca.

—No se que clase de juego es este pero no es divertido — lo sujeto de la ropa con fuerza.

Estamos apartados de todos los demás en otra habitación del salón.

—Yo no estoy jugando a nada— habla tranquilo y lo suelto.

—Lo que pasó no volverá a pasar— menciono irritado.

—Por que no?, Lo disfrutaste y yo también, jamás lo había echo con hombres, pero se sintió bastante bien— Ken sonrie.

—Mira si eres hetero curioso no es mi problema déjame tranquilo— gruño tratando de no alzar la voz.

Ken no dice nada y entonces me intento ir dando por terminado todo.

—Tu jefe sabe que le gustas?— esas palabras me hicieron apretar los dientes y no lo pensé le metí un putazo en la cara.

—como te atreves"!— estoy tan enojado.

Ken se acaricia la cara divertido y me sujeta con fuerza me comienzo a remover no sé que le pasa.

—mph— me besa con fuerza.

Comenzamos a jadear sin dejar de besarnos.

Mi cuerpo reacciona ante su toque y comienza a besarme el cuello.

—Puedo ser mejor— susurra contra mi oído mientras me estampa contra la pared.

—Nunca serás el— respondo mientras sujeto su cabello profundizando el beso.

—Jejeje— se burla y comienza a meter su mano por dentro de mi pantalón.

No hay tiempo para ser precavidos quiero que este hombre me folle quiero que me ayude a olvidar pero al mismo tiempo deseo tanto que sea otra persona.

Ken me gira y sujeta mis caderas baja sus pantalones y los míos mientras se introduce con fuerza.

Olvide lo grande que era y cubro mi boca con mis manos para no dejar salir los gemidos.

—Uff— jadea en mi cuello y me estremesco.

Ken se mueve tan lento y duro que siento que voy a enloquecer.

—Big...— mi nombre suena tan bien en sus labios.

—Ah ah ah"!— mi cuerpo se tensa y el me sujeta con fuerza.

Ambos terminamos y me siento muy bien pero no se lo diré nunca.

—Debemos volver— dice aún con la voz entrecortada.

Yo no respondo simplemente me acomodo la ropa mientras trato de evitarlo a toda costa.

Salgo del salón y me topo con Porsche para mí mala suerte.

—Has visto a Kinn?— pregunta.

—No— contesto serio.

—Me pareció ver lo por acá supongo que ya volvio al salón— dice mientras sonríe.

Lo odio tanto es tan lindo que su sonrisa ilumina la habitación.

—Vamos— toma mi mano y me lleva de nuevo al gran salón.

Y si me acerco lo suficiente serás capas de rechazarme?Where stories live. Discover now