Capítulo 6

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Hyukjae había llamado a Donghae para acordar el lugar de la cita. Sin embargo el beta se negó a ir a un restaurante y le cambio el lugar de la velada, el alfa acepto y ahora se arrepentía de ello. ¿La razón? Estaba a punto de morir. Era sábado por la mañana, el sol se alzaba en el este y la brisa mañanera golpeaba su rostro.

Los alfas tenían una condición física extraordinaria la cual había desaparecido, porque Hyukjae no podía más, iba trotando dos metros tras Donghae quien después de dos horas seguía fresco como una maldita lechuga. No lo entendía pero le parecía una falta de respeto.

—¿Qué pasa? Creí que los alfas tenían una condición física única e inigualable.—Se mofa el beta, deteniéndose al llegar a la cima, la vista era exquisita pero Hyukjae estaba más ocupado tratando de no morir.

—Mi condición es única e inigualable, para ciertas actividades como procrear. Te puedo mostrar si quieres—Trata de que su voz no se escuche entrecortada pero falla terriblemente, el aire se va de sus pulmones en cada sílaba.

—Tentador, pero seria una acción inútil para ambos.—Donghae sonríe ampliamente y pasa la mano por su cabello rubio.

El alfa no puede evitar pasarla bien con la vista que ofrece el joven beta. La camiseta sin mangas dejaba ver sus bíceps, el pantalón corto las espinillas y el inicio de las piernas, piel bronceada y suave, una sonrisa juguetona e inocente que no parece irse jamás de su rostro. Hyukjae sabía que trataba de deshacerse de él pero no iba a ceder tan fácil, sí necesitaba subir todas las montañas de Corea, lo haría. Aunque muriera en el intento, regresaría sólo para fastidiar al beta.

—Eso no significa que no lo disfrutemos, ya que te gusta el deporte, correrías toda la noche—Le dedica un guiño mientras recupera el aliento, sonríe orgulloso al ver las mejillas sonrosadas el rubio. Hyukjae no sabe si es por sus palabras o el esfuerzo pero le agrada.

Donghae asiente sin decir nada, aprieta sus labios finos y rosados antes de girarse para darle la espalda. No se queja, en absoluto. La mayor parte del recorrido estuvo viéndole la espalda, amplia musculosa y masculina, seguida de sus glúteos los cuales sobresalían de los pantalones cortos, rebotando paso tras paso. Correr tras él fue de las mejores experiencias que ha tenido, a pesar de estar medio muerto, empieza a creer que está más pálido.

—¿Es lo único que quieres? Si solo vamos a tener sexo dime el día y la hora, quiza lo arreglemos y no...

—Claro que quiero tener sexo contigo, pero no sólo eso. Disfruto de esta convivencia aunque planees matarme. Ya te lo dije, si no quieres verme de nuevo solo dímelo, no voy a...

—Mañana iré al club por la noche, alrededor de las seis de la tarde por una partida de tenis.—Donghae se gira de nuevo para estar frente a frente, un par de metros entre ambos pero casi no se sienten, Hyukjae ve el cabello rubio húmedo, caía de forma descuidada pero seguía luciendo maravilloso, las mejillas aún estaba cubiertas de un suave tono rosado y sus ojos avellana lo veían con algo que no podía descifrar. Esperaba con toda su alma que no fuera lástima.—Puedes venir a que te de una paliza—La sonrisa descarada aparece de nuevo en los delgados labios, pero esta vez no hah burla sino algo que parece resignación o aceptación, suena mejor.

—Las que quieras—Hyukjae avanza hacia Donghae, la distancia que había entre ambos desaparece, convirtiéndose en centímetros en cuestión de segundos. La sorpresa se refleja en el rostro del beta por la repentina cercanía, parpadea confuso pero no se aparta, el alfa lo sintió como luz verde.—Eres hermoso—Se le escapa el cumplido, la voz llena de sinceridad pura, los ojos del alfa recorren todo lo que pueden de Lee Donghae, no se cansa y no hay suficiente tiempo para admirarlo. Era como una obra de arte invaluable, nadie podía poseerle pero si apreciarle. Amarle.

—Gracias...—La voz sale en un tono dudoso, el beta no sabe si mirar al más alto a los ojos, los gruesos labios, los lunares, la nariz prominente o las mejillas.

Hyukjae se arriesga a recibir un golpe, pero sabe que vale la pena. Lleva su mano hasta la cintura del otro y lo toma con el mayor cuidado que puede, algo dentro de él ronronea de satisfacción por el breve contacto. Escucha su propio corazón retumbanrle en los oídos, latir cada vez más apresurado, su rostro u cuerpo están calientes por el ejercicio y otras cosas.

Se inclina hacia el beta, ve como el otro no se aparta y casi sonríe si no estuviera tan ansioso. El agarre en la cintura ajena se vuelve firme, ladea la cabeza, respira el aroma natural y tenue de Donghae, se acerca un poco más y sus labios se tocan, se besan. Los recuerdos de la noche del cóctel de Heechul y Siwon, regresan a su mente. Ahora no están borrosos sino vívidos.

Desliza la lengua dentro de la boca del rubio, se apodera del beso sin poder evitarlo, jadea contra los labios húmedos y siente el deseo crecer dentro de su pecho. Las encías le cosquillean y los colmillos crecen, ansiosos por marcar al hombre entre sus brazos. Rasga la piel sensible de los labios de Donghae, lo escucha quejarse pero solo puede profundizar el beso, pegarse más a él, tratar de fusionarse. Cuando los brazos del rubio le rodean los hombros casi grita de felicidad.

Se separan por aire, se ven a los ojos, con las pupilas dilatadas, en ese momento no piensan en nada más que en ellos, en medio de una maldita montaña desértica.

—Tus colmillos—Murmura el beta viéndolo con un asombro comparable al de un niño, los ojos de este están fijos en su boca. También tiene las garras contra la piel, sobre la camiseta del otro pero quizá no lo note.

—¿No los habías visto?—Pregunta con lo que trata de see burla pero no le sale, la sangre le hierve y el deseo le consume. Quiere marcar a ese beta como suyo, tenerlo en su cama y disfrutar de la fiera.

—Yo...—Repentinamente el beta esta quieto, no pelea, no grita o le dice cosas con burla, esta atento.

Y Hyujae en cuenta, él es un alfa y Donghae un beta. Sigue siendo una jerarquía donde el siempre ganara. Pero no quiere ganar siempre, quiere perder ante esos ojos avellanas, perderse dentro de esa preciosa boca y ese...

—Mío—Un gruñido se escapa de Hyukjae antes de besar de nuevo al beta, den hundirse en esa bella perdición, de jadear y anhelarlo. Esta excitado, rígido y delirante por un beta, en medio de una maldita montaña, era tan absurdo ¿Acaso estaba en...? No podía...¿Cierto?

Lo último que supo antes de desmayarse fue que si, así se ganó un golpe.

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¿Han visto el video de Donghae entrenando tenis?
😉

En Contra De La Naturaleza - Eunhae - [AlfaXBeta]Where stories live. Discover now