defensa

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Tres personas paradas frente a un intimidante ONU, claramente fastidiado con la situación.

Después de la discusión que tuvo que frenar la organización, las arrastró a los tres. Hubiera arrastrado a algún otro que escucho insultar al alemán pero, por lo que había visto, el principal causante de aquel disturbio fue Inglaterra.

Berlín estaba un poco nervioso, no le gustaban los conflictos, prefería regresar con Alemania y preguntar por su estado de salud, pero tampoco podía ni quería negarse a defenderlo frente a quien lo había agredido.

Inglaterra estaba impaciente, quería correr y volver con Polonia. No podía estar tranquilo sabiendo que el polaco estaría con Alemania. El repicar de los dedos sobre la superficie de madera y el movimiento frenético de su pierna eras solo algunas de las señales del poco humor que tenía en aquel momento para soportar las quejas de alguien más. De no ser por Francia, quién tomaba una de sus manos con gentileza y murmuraba con voz suave súplicas para que se calmase, ya hubiera roto la primera puerta que se hubiera atrevido a interponerse en su camino para ayudar a su hij- al polaco.

Tan solo permanecían en silencio mientras la ONU terminaba de hacer una llamada para poder prestar atención a la discusión que se veía venir.

– Bien. Llámame si pasa algo – finalizó la llamada y dirigió su atención a los demás presentes en la cálida oficina. – muy bien. Inglaterra, ¿Por qué discutias con Alemania? – pregunta dando inicio al debate que se daría. No era de mucha paciencia cuando estaba en presencia de todos, pero cuando tenía que atender a unos pocos países podía tener completa calma. Era más fácil solo trabajar con ellos por grupos.

– se estaba pasando con Polonia – la paciencia que tenía ONU era la misma que le faltaba al reino unido. Su tono había salido brusco y su semblante se había fruncido aún más, no quería seguir ahí, le desesperaba que hubiera comenzado con una pregunta que él encontró demasiado obvia.

– él no hizo nada malo en ningún momento – no se demoró en defender Berlín, no se podía creer que atacará tan directamente.

– ¡lo estaba abrazando! – Inglaterra no perdió el tiempo en negar aquella afirmación. No estaba de ánimos como para que un infante le discutiera – todo el mundo sabe que Polonia no le gusta el contacto físico, al menos no después de que tu padre lo dañará – no iba a controlar su lengua. Sentía el agarre de Francia jalando de su brazo en un silencioso pedido de que se calmara, pero no quería calmarse.

– no lo abrazaba – protesto Berlín sin gritar ni insultar, había sido muy bien educado, sabía cómo mantener la calma y enfrentar discusiones sin verse en la necesidad de alzar la voz, por más fastidiosa que sea la otra persona – solo fue un accidente causado por su mascota –

– oh, qué gran casualidad! Su mascota aparece de la nada y convenientemente los enreda con su correa para que queden atrapados en un abrazo – el tono de Inglaterra, además de ser sarcástico, demostraba clara irritación de solo recordar lo mucho que le molestó ver eso.

– oh por favor – murmura Berlin con incredulidad – ¿me vas a decir que en verdad crees que Entreno a su perro específicamente para eso? –

– ¿y tu me vas a decir que convenientemente el perro reconoció únicamente a Polonia y lo llevo hasta Alemania solo para terminar enredando su correa entre ellos casualmente dificultando que Polonia se aleje?– murmura con evidente disgusto.

– bueno, no sé por qué reconoció solo a Polonia, pero es evidente que se emocionó por volver a verlo después de tantos años –

– seguro, y tú no trajiste al perro solo para que hiciera su "travesura" – responde marcando cada palabra con sarcasmo.

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