Capitulo 1: El Retorno

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En las afueras de la sede del FBI

Horacio Pérez se bajaba de un taxi cargando a su pequeña hija en brazos. Luego de pensarlo por tanto tiempo, por fin había regresado. Y no tan solo eso, sino que estaba a menos de 10 minutos de revelar su más grande secreto...su hija.

— Gracias — le dijo al taxista — ¿Podría esperar aquí? Le pagaré el tiempo de espera — pidió puesto que sus intenciones no eran tardarse demasiado y aún debía ir a donde su madre y hermana.

— De acuerdo — aceptó mientras sacaba un cigarrillo de su bolsillo y tomaba su encendedor — tómese su tiempo...

Horacio dio por terminada la conversación y con nervios camino hasta el interior de la sede donde con tan solo dar un paso a dentro de inmediato se encontró con Alanna.

— ¿Jefe? — le preguntó dudoso aun impactada — no lo puedo creer — le dijo y fue hacia él para darle un abrazo, pero se detuvo al ver que su ex-jefe llevaba una en sus brazos.

— Hola Alanna — tomó este la iniciativa y la abrazó con cuidado de no lastimar a su hija.

— Jefe... ¿Tienes una... — comenzó a decir esta sin poder creerlo.

— Si — respondió este orgullo — ¿Cómo estas? ¿Me he perdido de mucho? — preguntó desviando la atención de su amiga omega.

— Bien, bien, todos estamos bien — le respondió esta mientras que mil preguntas cruzaban por su mente — digamos que te has perdido de muchas cosas, pero ven, te sigo contando de camino a la sala de reuniones, de seguro los demás estarán felices de verte.

— ¿Qué tanto han cambiado las cosas desde que me fui? — le preguntó mientras caminaban hacia el otro edificio de la sede.

Camino por el cual no fue pasado por alto por los demás agentes. Sin embargo, esto no se atrevían a mencionar palabra alguna al respecto. Después de todo, la mayoría seguía respetándolo como jefe y no iban a negar que un poco de miedo le tenían al omega.

— Te sorprenderías — dijo soltando una risa — aunque no tanto como tú, ahora eres padre — miró a la pequeña, dejándole saber que no iba a obviar el tema.

— Si — le sonrió mientras pasaban por recepción e iniciaban a subir las escaleras — y es lo mejor que me pudo haber pasado.

— Estoy segura de que eso — le dijo con una sonrisa — igual que los demás se pondrán contentos de verte al igual que a tu hija.

— Eso espero... — soltó un suspiro — ¡Oye! — llamó su atención antes de asomarse en la sala de reuniones — ¿Quienes... quienes están aquí?

Horacio no le temía a nadie, al contrario una parte de él estaba feliz por volver con su gente, también quería ver a su madre, a su hermana y sobrina...  Solo quería saber con quienes se encontraría en esa sala de reuniones.

— No deben quedar muchos, creo que solo Blake y Jota — respondió dando a entender que V no debería estar en ese lugar, pues si bien no era ingenua, sabia lo que inconscientemente le estaba preguntando  — creo que los demás salieron a patrullar.

— De acuerdo — dijo relajándose un poco para luego continuar el camino.

Una vez ahí pudo observar como su mejor amigo Blake y Jota tenían una pequeña discusión por la forma en la que movían sus manos y el intenso aroma amargo a uvas y miel respectivamente que invadía el lugar.

— ¡Es que me parece absurdo Rayan! — le gritaba Jota a su pareja — No tiene sentido.

— ¡Lo que tu planteás es lo que verdaderamente no tiene sentido! — contraataco el alfa — se supone que confiás en mi ¿Por qué estas tan a la defensiva y dudas tanto de mis acciones en el trabajo cuando nunca antes...

Mi Pequeño Secreto [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora