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  Draco.                          𝔯𝔢𝔰𝔭𝔦𝔠𝔦𝔱.                          𝐿&𝒟.

Frío, su corazón, su cuerpo entero se sentía frío, hasta su misma sangre

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Frío, su corazón, su cuerpo entero se sentía frío, hasta su misma sangre.

No estaba del todo en su cuerpo y su subconsciente divagaba.

Se le dificultaba sentir sus extremidades, su visión no era muy clara; lo único que podía ver era una estancia en completa penumbra, con la poca luz que entraba de una ventana a medio abrir.

Más de diez hombres y tan solo una mujer. Una mujer que estaba elevada por los aires con la ayuda de unas ataduras invisibles. Sus ojos derrochaban dolor y terror, pero su rostro expresaba una calma letal y falsa. Completamente falsa.

— Hazlo, joven Malfoy —habló una voz fría—. Mátala y demuéstrame tu lealtad.

Draco no respondió, retorció su cuerpo y trató de liberarse.

— No es buena para ti, nunca estará a tu altura. Solo quiere tu derrota, no te ama de verdad.—insistió aquella voz.

— Te ordeno que la mates.

Y con tan solo esa simple palabra, esa exigencia, Draco levantó su varita y apuntó hacia el pecho de Arabella Rowle.

Una parte de él que aún estaba consciente, pudo escuchar una voz que le suplicaba encontrar a alguien, a su amor verdadero; una persona a la que Draco podría abrirse, compartir sus besos y quererla por sobre todas las cosas.

— Avada Kedavra.

Una luz de color verde salió disparada de su varita y entonces la mujer a la que Draco, alguna vez amó con todo su corazón, alma y espíritu, cayó sobre el suelo, con la luz de sus ojos apagándose.

Él había matado a su primera novia, su prometida y probablemente el amor de su vida.

Escuchó una risa recorrer todo el lugar hasta llegar a él, a sus oídos, a sus huesos; fue entonces que Draco volvió a tener el control de su cuerpo y mente.

El dolor que atravesó su corazón no era algo que podía manejar, iba más allá de sus límite, de si mismo.

No tuvo tiempo de derramar siquiera una lágrima cuando Lord Voldemort se acercó a él y palmeó su hombro. Sobre aquel rostro pálido, había una sonrisa de oreja a oreja, derrochando burla.

— Eso es todo, joven Malfoy, eso es todo...

Después de eso, Lord Voldemort ordenó que todos celebraran la muerte de Arabella Rowle. Y así lo hicieron.

Esa noche la mansión Malfoy se llenó de mortifagos borrachos, los cuales felicitaban a Draco por matar a su prometida a sangre fría.

Esa noche, una parte del joven Draco Malfoy, murió junto a Arabella Rowle. Murió la parte que podía sentir pena, murió su humanidad.

Love and Darkness | Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora