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   El sonido de la puerta abriéndose y cerrándose un segundo después es el único sonido en esa habitación de hotel. Eso y la suave, casi imperceptible respiración de Taehyung intensificándose poco a poco, luchando por contener su propio llanto. Todo el peso de la situación lo ha golpeado de pronto. Ese temor latente de que un día sus travesuras irían demasiado lejos, acaba de hacerse realidad.

   Inclinándose hacia adelante, apoya los codos en sus rodillas, y se cubre el rostro con las manos.

–Todo esto es mi culpa, Jinnie. Lo siento... –Su voz suena aplacada por sus manos. Sus hombros suben y bajan al ritmo de sus sollozos–. Lo siento mucho.

–Oh no, Tae... –Seokjin se levanta de la cama de un salto, y se arrodilla frente al menor.

   Aparta sus manos, haciendo que descubra su ya empapado pero aún así bonito rostro. Verlo llorar así hace que el corazón de Jin se parta en mil pedazos.

–Cariño, esto no es tu culpa –Le asegura, mirándolo fijo y apretando sus manos.

–Sí, es mi culpa –Balbucea Tae entre sus sollozos. Sube una de sus manos para tapar parte de su rostro con el dorso, pero sin dejar de mirar a Seokjin–. Si no hubiera sido tan tonto...

–No, basta. Te ruego que ya no digas eso –Las palabras hacen que Tae deje de culparse.

   Acaricia lento la mano de Seokjin con su pulgar, mientras recupera el ritmo normal de su respiración.

–No quiero separarme de ti –Declara, secándose el rostro con la manga de su pijama, su labio inferior aún temblando un poco.

–Tampoco quiero eso. Yo quiero a mi Taehyunggie –Murmura con dulzura Jin, mientras seca el resto de la humedad justo debajo de sus ojos. Se acerca un poco más, y acuna su rostro entre sus manos–. Vamos a arreglar esto, ¿Okay? No sé cómo, pero no permitiremos que nos separen.

   A esto, el menor solo asiente con seguridad renovada, y llena completamente sus pulmones de aire. Seokjin quiso ser fuerte por su TaeTae, pero la verdad está batallando con un nudo en su garganta también. Eventualmente, una sola rebelde lágrima se escapa de su ojo derecho, pero la limpia deprisa.

   Se encuentran en un predicamento, y necesitan el consejo de un amigo para saber qué hacer. Por fortuna, cinco de sus mejores amigos están hospedados en ese mismo hotel.

–Hay que llamar a los chicos. Vamos a pensar en algo todos juntos –Decide Jin, poniéndose de pie y buscando su celular, que se quedó en la mesa junto a los platos de comida. Mientras él teclea un rápido mensaje en su chat grupal, Taehyung va al baño a lavarse la cara.

   Uno a uno, los miembros de Bangtan comienzan a arribar al cuarto. Namjoon es el último. Cierra la puerta y camina unos cuantos pasos, encontrándose primero con la mirada de Jin.

–Esto tiene algo que ver con Bang PD-hyong, ¿Verdad? –Dice Namjoon, dando en el clavo.

–Pues... Sí –El mayor de todos mira a Tae, sorprendido–. ¿Cómo lo supiste, Namjoonie?

–Porque antes de venir para acá, golpeé en la puerta de su habitación, le dije que tenía que hablarle –Comenta Namjoon–. El hombre se paralizó, parecía que había visto un maldito fantasma, y se tranquilizó en cuanto le dije que era un asunto con mi micrófono. Definitivamente hyong temía que le dijera otra cosa.

–Tu instinto no falló. Él vino hace un rato a hablar con Tae y conmigo –Dice Jin, de pie junto a la ventana del cuarto, con sus brazos cruzados.

–Ya hyong, deja los silencios dramáticos –Se queja Jimin, sentado en la alfombra junto a Tae–. ¿Qué les dijo?

Vlive Taejin (three-shots) EN ESPAÑOLWhere stories live. Discover now