Adoptar no es fácil. Hay miles de huérfanos en el mundo, los suficientes como para llenar uno o dos países enteros. Aun así, la oportunidad para adoptar es escasa.
Jin encuentra la oportunidad de darle un hogar a un pobre niño, que además tiene un...
Hay personas, como yo, que no le tenemos miedo a la muerte.
Al menos, no necesariamente le tenemos miedo a morir.
Más bien, existe ese sentimiento de no saber cómo morirás. Este sentimiento podría de cierta manera atormentarte, o no.
No me gusta encontrarme con la noticia de una persona muerta quemada. Me hace preguntarme qué se sentirá arder, me pregunto cómo fue la desesperación de esa persona al sentir el escozor en su piel. ¿Habrá corrido? ¿Habrá gritado? ¿El fuego se le habrá metido por la boca? ¿Le habrá quemado la garganta?
Y es ahora mismo en donde trago con pesadez, podría jurar que por un pequeñísimo instante sentí cómo la garganta me ardía.
Mi cabeza crea mil y un escenarios en mi cabeza. ¿Qué se sentirá morir aplastado? Ahora siento culpa por el mosquito que acabo de matar. ¿Qué se sentirá ser triturado? Hacía una semana había visto un duro video de cerdos triturados para hacer salchichas. Lloré aun más cuando vi a los pollitos triturados vivos para hacer esos Nuggets que antes me sabían tan deliciosos, y que ahora me saben a horror.
Es eso, no le tengo miedo a morir, pero tengo miedo de que mi muerte sea tan dolorosa.
Sería bueno que alguien viniera y me dijera que mi muerte será rápida, tan rápida que ni siquiera me de tiempo de pensar en mis errores, tan rápida que ni siquiera me de tiempo de saber que moriré.
Un balazo en la cabeza sería placentero.
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