No Me Trates Bien

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Rosinante estaba consciente sobre la personalidad corrompida de su hermano. Lo sabía muy bien porque fue testigo de uno de los peores pecados que cometió este.

Aún así, sufría con los gestos amables que mostraba hacia él.

Doflamingo siempre lo había defendido de los pobladores embravecidos. Y todavía ahora lo hacía. Lo defendía de cualquier persona que buscará hacerle daño o tan solo hablara mal de él.







Todo está bien

Escribía en una hoja blanca. Intentando calmar a su hermano quien parecía tener un arranque de ira.

— No aceptaré que nadie te haga daño — decía en una clara amenaza a los sujetos que yacían en el suelo con varios golpes y cortes sangrantes. Hombres inconscientes que ya no lo escuchaban.

Doffy

Coloco la hoja frente los ojos contrarios para que no pudiera mirar nada más.

— Ya, ya, ya lo entiendo — se detiene a respirar tranquilo. Se aleja después de dirigirles una última mirada por debajo de sus lentes.

Si Rosinante resultaba herido entonces Doflamingo lo cargaba en su espalda no importando todas las quejas y rechazos que pudiera dar el menor. 

Y hoy era uno de esos días.

Bájame

Pide después de un rato. Ya están lejos del lugar donde sucedió el problema y no ve la necesidad de seguir con esto.

— No lo haré. ¿Tu pierna te duele, verdad? Entonces no te muevas y déjame llevarte 

Rosinate hace una mueca, pero aun así no hace nada por liberarse. Con un bufido se deja llevar porque siendo sincero disfruta esa cercanía. No puede mentir diciendo que tales muestras resultaban odiosas e hipócritas porque las sentía tan sinceras.

— Eres pesado, ya no es como antes — Doflamingo ha interrumpido sus pensamientos. Se detiene en su lugar y con sus manos busca acomodar mejor el cuerpo a su espalda, pasando sin vergüenza alguna las manos por el trasero contrario.

Bájame

Vuelve a pedir mostrando la hoja. Está vez con un rostro serio que se ve opacar por el sonrojo en sus mejillas. Pero su "molestia" se ve cambiar tan rápido como los recuerdos de su infancia cruzan por su mente. 

Fueron tantas veces que no puede contarlo con los dedos de su mano, las veces que Doflamingo tuvo que ir a ayudarlo. Las veces que eran atacados por las personas. Las veces que su hermano secaba sus lagrimas. Las veces que le cargaba de la misma manera que lo hace ahora.

Pasa sus brazos alrededor del cuello y hombros del mayor, para así abrazarle. Hunde su rostro entre las plumas rosadas y se envuelve en el aroma tan familiar. 

Te haz calmado por fin — Doflamingo no lo dice en mala forma, ha sonreído sin dejar de avanzar.

Rosinante lo odia por ser tan amable con él. Lo odia porque aún siendo un monstruo siempre le da estos detalles.

Tonto. Le dice en su mente al entender que aun siendo lo que es, sigue siendo débil ante él.

— No me trates bien 

Euforia  (Donquixote)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora