Un paso perdido [FINALIZADO]

Capitulo 7

Se pudieron escuchar algunos susurros cuando los héroes y los trabajadores generales se cruzaron en los pasillos del cuartel general. Susurros emocionados, susurros temerosos, pero todos estaban centrados en un tema:

Cierto Clase S estaba de mejor humor que de costumbre. Eso era todo lo que sabían, pero había algunas teorías que flotaban que eran algo fieles a la situación real.

"Tal vez ella tiene novio".

"Ella podría tener una salida de ira ahora".

"¿Como un pasatiempo?

Por suerte, la propia Tatsumaki no sabía nada de los chismes que la rodeaban. Estaba demasiado concentrada en otros asuntos para notar las miradas extrañas que estaba recibiendo.

Se paró en medio de las ruinas llenas de acantilados fuera de la Ciudad Z. Era la oscuridad de la noche, solo la luna, las estrellas dispersas y su brillo proporcionaban luz. Se hizo un "SWOOSH" arrepentido, y una serie de rocas flotaron a su alrededor, todas brillando del mismo verde que ella. Empujó su mano hacia arriba, enviándolos a todos de vuelta al suelo. Con embajadores manos directamente frente a ella, las rocas fueron erradicadas por completo. El brillo a su alrededor se atenuó, mientras se deslizaba hacia el suelo. "Está bien, veamos qué sigue". Metió la mano en su bolso que estaba tirado cerca de una roca. Sacó su cuaderno, hojeó las páginas y luego arrugó la nariz. "Mierda, parece que está en el otro cuaderno".Lo metió de nuevo en su bolso y lo arrojó sobre su hombro. Comprobando su teléfono, ella vio que estaban a punto de ser las 3 am. Empezó el camino de regreso a casa.

Más tarde ese mismo día, Saitama y Genos caminaban por los pasillos del cuartel general. "Tu reunión es ¿cuánto tiempo?" "Dos horas". "Ah hombre, eso apesta". Sacó su teléfono y comenzó a enviar mensajes de texto. "Maestro, ¿a quién le estás enviando mensajes de texto?" "Tam". El rostro de Genos se puso rígido por un segundo, antes de darse cuenta de lo que eso significaría. "Creo que ella dijo la semana pasada que estaría ocupada hoy". Dijo tan convincentemente como pudo. "No recuerdo eso-" Saitama comenzó con aprensión, antes de que Genos lo interrumpiera, "Estoy seguro". "Además, Encontré una oferta en Super Mart en la ciudad de al lado. Estaré allí cuando termine".El rostro de Saitama se iluminó con esta información, luego giró sobre sus talones. "Está bien, entonces le enviaré un mensaje de texto más tarde. Nos vemos".

El me saludó. Tatsumaki, si estás cerca, tal vez quieras hablar con él ahora antes de que se vaya. Tatsumaki entró flotando en la habitación, pareciendo tan indiferente como pudo. "¡Oye, calvo! ¿Qué haces aquí?" El calvo con capa se dio la vuelta, no sorprendido por sus palabras, dijo: "Estaba a punto de salir, estaba dejando a Genos". Ella flotó más cerca de él, cayendo al nivel de sus ojos. Estás hablando con él, ¿ahora qué quieres decir exactamente? No estaba segura si era su voz o la de Genos en su mente.

"¿Cómo te sentirías peleando conmigo? Hipotéticamente hablando, por supuesto". Ella gruñó. "No lo sé", dijo, tocándose la mejilla con el dedo índice, "estaría de acuerdo con eso, si eso es lo que estás preguntando". Se encogió de hombros.

"Hm, bastante justo." Ella respondió en voz baja, cayendo suavemente al suelo. "Eh, gracias por la respuesta". Ella le dio un pequeño saludo con la mano antes de acercarse a la sala de reuniones. Respondió con un pequeño antes de regresar al cuartel general.

Tatsumaki: ¿Quieres pasar el rato en el parque hoy?

Saitama: Claro.

Tatsumaki: ¿Quieres volver a hacer un picnic como la última vez?

Saitama: Sí, ven a hacerlo.

Tatsumaki: Ok, estaré allí en un rato.

Hubo un golpe en la puerta unos 5 minutos más tarde. "Lo conseguiré, Maestro". Genos abrió la puerta para ver a Tamaki con un atuendo que era extrañamente... ¿femenino? Era muy femenina en general, sin embargo, parecía excedido. Una diadema de color rosa azucarado con un lazo a un lado, una camisa igualmente rosa y una falda larga de color marrón componían su atuendo. Su cabello estaba suelto y ondulado. "Alguien seguro está emocionado de ver al Maestro Saitama". Él sonrió. Ella lo ignoró y caminó hacia la cocina, aunque un ligero rubor se afiló por sus mejillas.