***Thomas***
Desperté luego de haber dormido como nunca en mi vida, me sentía con energía y tranquilo, cuando pude abrir bien los ojos noté que una mano tibia estaba recargada en mi abdomen, Adara aún seguía profundamente dormida a mi lado, su respiración estaba tranquila y su rostro estaba cubierto por sus largos mechones de cabello negro, se sentía bien, estar así, me encantaba verla y cada segundo que pasaba estaba dispuesto a rendirme y besarla como un loco hasta cansarme, pero quería tener cuidado, yo por ella no tenía dudas, haría lo que fuera y pelearia con todo el mundo por tenerla, pero por más que me lo jurara sabía que existía una confusión entre ella y Ashtray, quizás era algún tipo de síndrome de Estocolmo o le llamaba la atención sus actitudes psicopaticas, pero mientras no tuviera su mente clara no seguiríamos con esto adelante. Traté de quitar su mano para levantarme pero hizo más presión y se recostó en mi pecho, apenas había notado que al dormir estaba con playera y ahora me la había quitado, ella mantenía toda la habitación a una temperatura agradable y se sentía muy bien tenerla cerca, era un pequeño verano andante, sabía que podía evitar sus poderes y bloquear un poco el calor pero me gustaba, me quedé unos segundos acariciando su espalda y cabello, noté que la blusa se le había levantado un poco y en sus costillas tenia un tatuaje fino, parecía una frase y se le veía muy lindo, sabía que tenía uno que otro tatuaje pero cuando la ví desnuda no presté atención a nada más que cuidarla, en la espalda estaba dibujado con finos trazos un gran dragón, pasé los dedos por las líneas negras que contrastaban con su piel pálida.
Con cuidado de despertarla me levanté de la cama, el juego no había acabado para nosotros y por más que quisiéra seguir disfrutando el momento debía pensar en como haría que mis padres nos sacaran de aquí, tenía una idea muy loca de lo que quería hacer pero no sabía como la tomarían los demás, o si se arriesgarian en un plan así.Me puse una camisa a cuadros y unos jeans claros, necesitaba despejar la mente, al salir del cuarto aún estaban todos dormidos, ayer nos habíamos dormido casi de madrugada, pero habíamos pasado un buen momento, compartí rato con Adam y Alyssa y me contaban como había sido su vida, que eran muy amigos y compartían mucho tiempo juntos, tenían divertidas anécdotas, y me gustaba imaginarme a una Adara adolescente haciendo locuras con su amiga, imaginarme lo que había sido para ellas mudarse lejos y seguir sus sueños, ojalá yo hubiera tenido la mitad de la valentía de ellas para defender mi postura de mis padres y tomar mis propias decisiones.
Salí a la parte trasera de la granja y comencé a buscar trozos de madera para la chimenea, jamás en mi vida había cortado leña, tenía gente que hacía todo por mí y era liberador aprender a hacer cosas por mi solo, además de lo divertido que sonaba imaginar que le clavaba el hacha en la cabeza a un psicopata mal nacido.
***Adara***
Cuando abrí los ojos, la cama en la que estaba durmiendo se sentía más grande, Thomas ya no estaba y no había sentido el momento en el que se fué, había dormido muy bien y me sentía con mucha energía, y hambre.
Al salir al pasillo procuré que no se sintiera nadie cerca, ventajas de escuchar todo a distancia, sabía cuando alguien venía, corrí a la puerta de al lado donde estaba mi cuarto y cerré la puerta tras de mi, me cambie el pijama por un vestido negro cómodo, y una sudadera negra con letras rojas encima que me llegaba hasta la cintura, me puse un gorro de lana para convinar por que en realidad no sentía nada de frío y baje las escaleras corriendo de dos en dos.
En ma cocina Alyssa estaba sentada en la encimera con una taza de café mirando hacia el exterior, llevaba unos leggins negros y una sudadera verde que se llevaba muy bien con el color de sus ojos.-Buenos días, bella durmiente- me molestó y apuntó con la cabeza a la cafetera.
-Lo siento, estaba cansada- no quería mirarla para que no notará que estaba mintiendo.
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Processus 2229
Teen FictionCuando el mundo fue atacado por una pandemia tuvimos que adaptarnos al cambio. Pero un pequeño error de laboratorio bastó para que el mundo terminara de caer en caos. Cinco dosis de un experimento para mejorar genéticamente al ser humano fueron a p...