𝙸𝙸 - 𝙽𝚞𝚎𝚟𝚘 𝙴𝚖𝚙𝚕𝚎𝚘 ©

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El sol apareció, alumbrando la hermosa mañana de aquel día y toda la habitación de nuestro personaje, llegando directamente a su rostro, el cual no tardó en ser protagonista de un leve enojo. La noche anterior se le había pasado por completo el detalle de cerrar con su tela oscura para que no ocurriera lo de recién.

Sin embargo, en su mente llegaron todos los recuerdos del día anterior, siendo uno de estos la búsqueda de trabajo, por lo que en un solo movimiento ya estaba de pie y dirigiéndose al baño, en donde logró tomar una ducha bastante corta de tan solo cinco minutos, disfrutando de aquella lluvia artificial a temperatura tibia, casi caliente. La temperatura perfecta, según aquel chico.

Al salir de la habitación húmeda, se acercó a paso rápido hacia su closet, sacando de allí el mismo tipo de vestimenta utilizado el día anterior, pero con tonos diferentes. Esta vez eran de color azul.
Tomó dirección hacia la primera planta de su casa, notando como allí se encontraban sus padres, por lo que se acerca a ellos solo para despedirse.

—Adiós, padre. Adiós, madre.

—¿No desayunaras, hijo? —Pregunta con atención hacia su hijo, dejando la acción de de servir el agua caliente a su esposo para poder dirigir la mirada hacia el pequeño.

—No. Quiero conseguir un empleo y para dar una buena impresión, debo comenzar temprano.

La mujer no pudo evitar sentirse orgullosa de aquel pequeño, a quien por nada del mundo lo cambiaría. Siempre lo presumía frente a sus amistades y familiares, diciendo lo buen chico que es, e incluso, la señora no pierde ni un solo segundo en presentarlo con otras intenciones hacia sus amigas con hijas, estando ahí la posibilidad de un casamiento próximo.

—Te diría que tengas suerte, pero sinceramente no las necesitas —Habló, dándole un beso en la mejilla—. Que te vaya bien, cariño.

—Gracias, mamá —Agradece con una enorme sonrisa, la cual desaparece al mirar a su padre, a quien solo le da un asentimiento de cabeza en modo de despedida— Padre.

—Hijo.

La relación con su padre no era tan profunda como con la de su madre. Ella lo ha visto crecer, ha estado presente en sus primeros pasos, primeras palabras, presentaciones en su escuela y demás. Todo lo contrario al hombre, quién apenas lo ve en las mañanas y, si es que tiene suerte, en las noches al llegar, sin embargo Harry mayormente ya se encuentra en su habitación descansando.

El progenitor no puede negar que se siente culpable por ser un padre ausente-presente, pero si él no trabajaba, ¿quién lo haría? Es por esto que, él siempre ha decidido tomar la decisión de no ver a su hijo pero que no le falte el hogar, comida y dinero. Si no le faltaba nada de esto, estaba completamente satisfecho. A Harry eso no le gustaba mucho que se diga, pero no era tema para hablar y, por último, él terminó por acostumbrarse.

Volviendo al tema, Harry estaba entusiasmado ante la idea de encontrar algún trabajo, dándole exactamente igual donde sea, lo importante aquí era que podría ahorrar con mayor facilidad y demostrarle a sus padres que él era responsable y podrían enorgullecerse de él.

Recorrió toda la ciudad, yendo a supermercados, pequeños negocios y empresas más grandes. Tuvo suerte que cada jefe decidiera entrevistarlo en el mismo momento, por lo que no tendría que asistir otro día al mismo lugar para realizar aquello. Aún así, ninguno lograba decidirse, según porque el chico era alguien bastante menor y tímido, necesitaban a una persona extrovertida y decidida.

Café, cumplidos y sonrojos #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora