El tiempo para conocernos // Inosuke x Lector // Reinos AU

4. El inesperado encuentro

Sin duda estaba nervioso, estaba en la cocina con Aoi ya vestido y cambiado para recibir a nuestros invitados. Mi padre no me quiso explicar sobre mi prometid...o? Me aterraba no saber o tener una idea de lo que sería al conocer a esta persona.

— Shuhei, tranquilo. No creo que sea tan terrible. De seguro te vas a enamorar de esa persona — Aoi me consoló mientras sobaba mi espalda con sus manos delicadamente.

— Eso espero... mi padre no me dijo nada... Tampoco mi mamá ¡Estoy asustado, nervioso y todas las emociones que te puedas imaginar! — Exclamé levantando los brazos para luego tirar la cabeza hacia abajo y apoyarla en la mesa, poniendo mis brazos alrededor de ella.

Aoi me miró y solamente me siguió acariciando la espalda mientras yo sollozaba como un dramático, hasta que sentí un pequeño golpe de ella en mi nuca para levantarme.

— ¡Levanta la cabeza! Eres tú, ¡Príncipe T/N Shuhei! Aparte que mírate, eres todo un bombón y de seguro vas a conquistar a tu prometida. —

— Sí... prometida... — suspiré

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Estábamos mi padre, mi mamá y yo en la entrada del palacio, esperando a que la gran puerta de oro y madera tronara o en la calle se escuche un carruaje. El sudor me bajaba del rostro y jugaba con mis manos de manera nerviosa atrás de mi espalda.

Me mantenía derecho, ya que no sabíamos en qué momento nuestros invitados iban a llegar. Después de unos buenos minutos me atreví a abrir la boca.

— Mamá... ¿Ya hablaste con los padres? ¿Son buenos? — Le pregunte en voz baja mientras la miraba.

— Ya conocimos a los padres, la verdad que son muy convenientes junto para el reino como para ti, hijo mío. La verdad que vinieron a la fiesta y conversamos casi toda la noche. — Me habló con suavidad y su típica tranquilidad de siempre. La voz de mi mamá era angelical.

— ¿Crees que me pueda enamorar de ella? — Pregunté, nervioso

Le costó responder, dando un fuerte suspiro
— Si, no creo que haya problemas. —

Después de unos minutos pude sentir un carruaje llegar y me volví a enderezar. Estaba entusiasmado, nervioso, ansioso, y un montón de emociones juntas con las otras. No sabía que esperar de la persona que entrara después de la magnífica puerta gigante de oro al frente mío.

— Al fin, llegaron — Habló mi padre — Shuhei. — volvió a llamar mi atención, lo mire.

— ¿Si, padre? — 

— Compórtate. Si no es lo que esperas lo hablaremos en privado, pero no quiero escuchar ninguna queja de tu parte ahora. No nos avergüences. —

Trague duro guardándome algún que otra queja y solamente asentí sin tener la voluntad para hablar ante sus palabras. Aquel hombre no tenía alma, decía todo como si todos estuvieran en su mismo estatus de mente y pensamiento. No le gustaba que lo contradijeran en ningún sentido, pero al parecer ese era mi hobby.

Los tres nos acercamos a la puerta y los guardias abrieron las grandes puertas revelando los destellos de sol que ahora entraban al pasillo con el techo que podía tocar el cielo.

Un gran hombre bajó del carruaje con una melena negra larga hasta sus hombros, un atuendo negro con hombreras doradas y algunos detalles azules. Llevaba unas cadenas doradas junto a un bastón dorado y la barba no le pasaba el mentón. Luego el mismo ayudó a una mujer de una figura espectacular y alta, una mujer de bellas facciones y su cabello azul como la noche. Tenía un vestido azul como el cielo y joyas doradas. 

Unos guardias igualmente ayudaron a la mujer a bajar del carruaje, pero no tenía apariencia a ser una mujer mayor, aunque se notaba que tenía dificultades. Alguien de una estatura más baja se bajó del carruaje atrás de ambos, de seguro era la persona que estoy obligado a comprometerme

Se veía de una mezcla de ambos cabellos, pero no podía identificar más al ver que la ocultaban detrás de ambos mayores. Nervioso me mantuvo serio y decente, esperando ya que venían directo a la entrada donde nos encontrábamos. 

— Buenas tardes, familia Hashibara. Es un agrado tenerlos nuevamente en nuestro palacio — Mi padre habló — Creo que ya conocen a nuestro hijo, T/N Shuhei. —

— Es un gusto al fin tenerlos aquí. Gracias por venir — Salude con formalidad y mi sonrisa natural, sus aspectos no eran tan aterradores 

— ¡Pero qué chico tan educado! Un gusto T/N, mi nombre es Kotoha. Inosuke, ven. Saluda — Le llamó la atención a la persona detrás de ellos y ambos padres se hicieron al lado, revelando a la persona

Me puse pálido, no quería creer quien era a quien miraba ahora en medio de los dos padres. Por algo aquellos cabellos se me hacían tan familiar, que combinados hacían un color de pelo que podría reconocer debido a mi enojo de la noche antepasada

En medio de ambos padres, estaba el hombre de cabello negro con tonalidades azules al final, pero se encontraba muy bien vestido. Un traje negro con hombreras de color dorado brillante, un moño de hilos delgados. Sus ojos esmeraldas, estaban tranquilos y no tenían rasgos de enojo o frustración. Cruzamos miradas y se quedó un tiempo mirándome, no pareció cambiar de expresión y tampoco lo hice, ya que no estábamos solos.

— Buenas tardes, señor y señora Shuhei. Es un gusto al fin ser recibido personalmente por ustedes en su hermoso palacio. Espero no causar molestias — Me quedé demasiado sorprendido para describirlo

¿Desde cuándo este chico habla tan formal y tan atractivo? Claro que para mí no lo era así, o eso creía. Estaba dejando una muy buena impresión con mis padres y estaba en shock, pensé que dejaría ver su naturaleza del salvaje que parecía cuando hablamos solos. 

Antes de que lo notara, ya estaba teniendo una conversación estable con mis padres mientras yo me quedaba parado sin decir nada, quieto y en silencio

— Shuhei, ¿serías tan amable de mostrarle el jardín que tanto te gusta a Inosuke? Así también pueden charlar un rato. — Mi madre me habló mientras acercaba a Inosuke conmigo, me salió una vena en el rostro, pero no dejé de sonreír

— Claro madre, no hay problema — dije con el tono más amable que pude fingir, agarrando al pelinegro de un brazo y casi jalándolo para el jardín

Le voy a hacer un interrogatorio a este punto de todas las preguntas que tengo