Capitulo 4

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Pasaron nuevamente los días y como era de esperar Sara recibía todos los días un ramo de rosas rojas, pero un día al bajar las escaleras y ver que no había di una sola rosa nueva en la mesa de la sala, Sara pensó tantas cosas mientras baja hasta que franco se había cansado ya o tal vez Irene lo había movido ya de lugar.

Sara: Irene...Irene- grito Sara.

Irene: dígame señora.

Sara: y el ramo de rosas de hoy.

Irene: lo siento señora pero hoy no hemos recibido ningún ramo de rosas, a lo mejor se quedó sin dinero el patrón- dijo Irene intentado calmar el ambiente que Sara se estaba creando con sus expresiones, no sabía que pensar.

Sara: gracias Irene te puedes retirar- Sara no se iba quedar con la duda por lo que tomo el teléfono y sin pensarlo le marco a franco pensando que podía tener una explicación.

Sara: hola ... Franco, perdón que te llame pero quería saber si de casualidad estabas con Gaby Andrés- Sara sabía perfectamente que sus hijos irían a desayunar con el pero no se quería ver muy obvia.

Franco: si, aquí están conmigo, necesitas que les de algún recado- Franco sabía muy bien porque lo llamaba Sara o al menos lo podía imaginar porque Gaby le había dicho que su mama sabia del desayuno y fácilmente les pudo marcar a ellos pensó Franco.

Sara: no, gracias solo quería saber si estaban bien.- Sara no sabía lo que decía, solo quería saber porque no había un ramo de rosas nuevo en su mesa, pero claramente no podía disimular.

Franco: no te preocupes Sara ellos están muy bien, necesitas otra cosa porque tengo que colgar.

¡no! Gracias- dijo Sara, enserio Franco Reyes se atrevía a colgarle – no los interrumpo más.

Franco: espera, si querías preguntarme porque no hay un ramo nuevo hoy, solo lo hubieras dicho y tranquila que no me olvido de mis promesas. – y colgó.

Sara: Me colgó, Franco Reyes se atrevió a colgarme el teléfono.- Sara no podía creer lo que estaba pasando, pero Franco tenía razón y un minuto después sonó el timbre.

Yo abro- dijo Sara, al hacerlo se encontró con un nuevo ramo de rosas rojas, este traía una nota que decía: perdón por asustarte, déjame recompensarte hoy y toda la vida, Sara aceptarías salir conmigo a cenar?...

Sara no pudo evitar emocionarse al ver las rosas como niña pequeña, pero sabía que lo que le había hecho Franco no se iba a quedar así, él se las iba a pagar primero por dejarla con las ganas de besarlo y segundo por haberla asustado con lo de las rosas, así que decidió hacerlo esperar ahora con la respuesta, aunque en el fondo sabía que terminaría cediendo ya que al igual que él, ella se moría por tener un momento a solas con él.

Pasaron dos días y esta vez todos estaban en casa de Sara ya que era el cumpleaños de Andrés y habían decidido hacer una pequeña reunión para festejar al primogénito de Sara Elizondo y Franco Reyes, estaba toda la familia reunida, amigos de Andrés y entre ellos Alejandro quien había sido invitado por Sara y por el mismo Andrés quien tenía una buena amistad con él ya que a Alejandro le gustaba la música y tenía cierto talento con ella.

Alejandro: Andrés feliz cumpleaños – dijo mientras le extendía un regalo

Andrés: gracias Alejandro no te hubieras molestado.

En un lugar un poco más alejado Franco y Oscar veían como Alejandro saludaba al resto de la familia.

Franco: no entiendo porque ese tipo tiene que estar presente en todos los eventos, digo esto ya es algo familiar.

Hecha Pa'MiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora