04. Hot n Heavy

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Los minutos pasaban y las fotografías se iban tomando segundo a segundo. La afilada mirada del blondo recaía sobre la piel canela iluminada por la cálida luz de los reflectores, sobre el cabello obscuro y sedoso que adornaba el rostro de aquella obra de arte. Y finalmente, sobre la mirada color jade que destellaba con pasión ante cada flash.

Mikaela no era fanático del dibujo, las pinturas y el óleo. Sin embargo, la vista de la cual gozaba le inspiraba a convertirse en un gran y destacado pintor, y así, poder retratar a Yuichiro en toda su gloria.

—¡Hemos terminado! Muchas gracias.

—¡Muchas gracias! —El azabache dio una reverencia con felicidad y caminó dirigiéndose a los que le esperaban en las cómodas sillas frente suyo.

—Ya acabaste con tu primer sesión profesional, ¡felicitaciones Yuu-san! —Shinoa le recibió con su bata y le abrazó con ella, dándole al mismo tiempo unas amistosas palmaditas en la espalda.

—Gracias por todo Shinoa —Yuu por su parte le abrazó de igual manera y le regaló un pequeño beso en la cabeza.

La pelimorada se retiró sonriente, no sin antes ayudarle a ponerse la prenda como era debido —Yo me tengo que retirar ya, tengo algo de tarea y es para esta semana. Te vas con cuidado, ¿Si?

Yuu asintió tomando su vaso correspondiente de café y dándole un rápido sorbo —Tu también, espero verte pronto.

—¡Oh claro!, si que nos veremos pronto, ¡me contratan mucho porque soy de los mejores maquillistas, nene! —Habló orgullosa, caminando después hacia Mikaela -Me haces el favor de llevarlo a su casita, lo cuidas y todo eso —Tomó su mochila ya lista para partir y caminó a la puerta —Y por si acaso. Si hay fiesta, hay gorrito, tórtolos. ¡Bye bye!

—¡Shinoa! —Gritó Yuu, preguntándose por qué su amiga tenía que exponerlo en cada situación que se le cruzaba.

—¡Bye Bye! —Se escuchó desde el pasillo.

El moreno suspiró. No tenía remedio, su amiga siempre sería así, y por supuesto era gracioso, pero solamente cuando sus burlas y chistes no se encargaban de hacerle pasar vergüenzas.
Mikaela mientras tanto, se levantaba de la silla riendo suavemente.

—Vamos Yuu-chan —Las manos del rubio tomaron al mencionado de la cintura en un abrazo. Por la cercanía, su voz salía tan suave como si de un susurro se tratase —Te llevaré a casa.

Yuichiro respiró hondo llenándose del aroma de Mikaela. Sin dudarlo, llevó sus manos al cuerpo del más alto, sonriendo en el proceso y acomodando su cabeza en el hombro del chico.

—¿Lo hice bien?

—Lo hiciste perfecto —Las delgadas manos se encargaron de acariciarle afectuosamente.

Sus miradas se encontraron cuando Yuu le buscó.

—Me visto rápido y nos vamos, ¿Si? —Ante la afirmación de Mika, se alejó del cuerpo contrario y corrió con prisa al camerino.
Encontraría el par de prendas que Shinoa le preparó y saldría del lugar para divertirse un rato más al lado del rubio.


El ambiente agitado de la ciudad al anochecer les rodeaba, una ciudad no tan salvaje como lo podía ser nueva York, pero podía ser igual de abrumadora. Tokyo era un sitio lleno de sorpresas y nuevas experiencias para Yuichiro, por eso, Mikaela se encargaba de guiarlo por las bellezas y placeres de esta.

—¿Tienes idea de lo rico que es ésto, ricitos de oro?

—Si Yuu-chan —Respondió entre risas, mirando con ternura el emocionado rostro del azabache.

Dangerous  || MikaYuu, onsWhere stories live. Discover now