Capítulo 10: El rescate II

73 22 2
                                    

El Imponente Drakkar se alzaba ante nuestros ojos, una asombrosa escultura de un dragón adornaba su proa

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


El Imponente Drakkar se alzaba ante nuestros ojos, una asombrosa escultura de un dragón adornaba su proa. Los costados del barco estaban repletos de escamas talladas con un trazo firme y delicado; a los lados, diez pares de remeros aguardaban, en su cima una vela color dorado con la bandera de Indra ondeaba emanando cierto aire de gloria. Había escogido aquel barco por su agilidad, era largo y estrecho, característica que nos serviría para adentrarnos en los ríos hasta las puertas de Nefeli.

     No pude evitar que observarlo, me trajera recuerdos, recuerdos que creía ya olvidados.

     No pude evitar que observarlo, me trajera recuerdos, recuerdos que creía ya olvidados

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

     —¿Te gusta? —le preguntó el rey a la joven.

     Ella parecía estar alagada, nunca nadie le había hecho un regalo de tanto valor, así que sin pensarlo dos veces se lanzó a los brazos del rey, quien la estrechó llenándola de besos.

     —¡Gracias papá!

     —Ya eres toda una mujer, pronto una guerrera.

     La joven asintió y miró al príncipe quien igual sonreía, los tres pasearon por la cubierta del barco y se detuvieron a observar cada pequeño detalle como si quisieran recordar aquel momento por siempre.

     —Su majestad, lo necesitamos en palacio. —Un soldado llamó al rey, quien marchó y dejó a los dos jóvenes solos.

     El río estaba en calma, las aguas eran casi transparentes permitiendo ver su fondo, ellos se acercaron a la parte delantera del drakkar y posaron sus manos en la baranda, mientras miraban al horizonte, ambos sabían lo que tenían que decir, pero ninguno se atrevía.

     —Me iré la próxima semana —comenzó él por fin.

     Ella asintió como si el simple hecho de no decirlo, lo pudiera convertir solo en un sueño.

     —Cuídate. —Logró pronunciar por fin con la voz entrecortada.

     —Lo haré. —Él depositó un beso en su frente y se acercó a su oreja lo suficiente para susurrarle—. Te amo.

La reina de Indra [Completa] ©Where stories live. Discover now