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–Entonces....¿también trabajas por las noches?.
Cuestionó Francis estando al lado se su acompañante quien dejaba cerrada aquella puerta del bar. ________ lo miró frunciendo el ceño.
–¿Acaso estas sordo?, ¡Ya te lo he dicho!, trabajo por la mañana hasta la tarde. De nueve en punto a la siete de la tarde.
–¿Y eso no te cansa?, digo, estar ahí...
–Soy camarera/mesera.
–Ah.
Se miraron a los ojos para así desviar cada uno la mirada. No sabían que decir en ese momento. El atardecer era muy bonito ese día. La gente iba caminando de un lugar a otro de forma tranquila, el mercado todavía estaba ahí. El francés vio el rebaño de ovejas, le entusiasmaba estar entre ovejas y animales. La mujer al ver los brillos de su amigo agarro su mano para llevarlo a donde el rebaño.
–¿Qué...que hace madame? preguntó viendo que su amiga lo agarraba–.
–Solo disfruta del momento. –Dijo sin más para soltarlo para verle que estaba en medio del rebaño de ovejas–.
Francis miró a las ovejas y empezó a acariciarlas. Se sentía bien, se sentía en el campo cuando era pequeño y sentía estar libre sin ser presionado. _______ lo miraba atento, vio cada movimiento de este con una ligera sonrisa.
–Su novio es muy lindo con esos animales. –Dijo la anciana viendo la escena–.
Ella se sonrojó al oír a la señora. Miró hacia abajo avergonzada.
–No..yo...él...
Francis se levantó para ir con su amiga y la anciana con una radiante sonrisa.
–¿Pasó algo? –Preguntó viendo–.
–Oh joven...tu novia solo admiraba como te veías con mis animales –Sonrio–.
Este se sonrojo un poco, miro a su amiga que estaba avergonzada. Sonrio un poco mientras que negaba con su mano.
–N..No...solo somos amigos.
_______ levantó su cabeza, mientras que asentía con la cabeza. No querían dar malas señales o, simplemente, un malentendido.
La anciana río enternecida.
–Yo creo jóvenes que ustedes no saben que estarán juntos. Solo que no lo quieren admitir...
Eso dejo pensando a los dos amigos, mirando como la señora se iba con su rebaño de ovejas.
–¿Ella cree todavía...?
–No creo, no creo...
Los dos se miraron por un rato. Teniendo un pequeño sonrojo en ambas mejillas.
Pero, como toda novela, siempre hay chismosas que siempre critican y una de ellas: Era la amiga de Jade.
—(Uy, ese chico se parece mucho al principe Francis. ¿Acaso será él?, ¡Se lo tengo que decir a Jade!) –Pensó mientras que corría entre las calles para ir a su destino.—
