VI

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Adam encerraba con cuidado la cabeza del agente del FBI en la caja de cristal mientras colocaba los tubos que iban a transportar el agua de los galones, Adam seguía profundamente dolido, sentía que con tan solo recordar a Amanda y Gordon, lloraría tanto que incluso sería capaz de llenar la caja en la que estaba la cabeza de Strahm de lágrimas.

¿Cómo iba a salir?

Adam se detuvo y prestó atención al mecanismo del juego, no había posibilidad de salir, entendía que la grabación de antes era su advertencia y fue advertido, él buscó su propio final, pero aún así le resultaba injusto. No por lastima, si no por las principales reglas.

Escuchó una puerta abrirse de mala gana, Adam miró en dirección al ruido y se encontró con un hombre al que le sangraba la nariz, era la primera vez que veía a Hoffman frente a frente.

–Tú... quien eres–preguntó con su rasposa voz y Adam tragó en seco–tú... ¿eres quien ha estado ayudando a Amanda?

Adam asintió aún sin soltar palabra y con las manos aún en la caja de cristal y enfrente suya un Strahm inconsciente y sentado.

–Entonces están muertos.

Más que una pregunta fue una afirmación, en su tono no hubo ni una pizca de remordimiento, más bien se escuchaba agradecido. Debía de hablar con Jill cuanto antes.

–Oye... ¿te conozco?

Adam volvió a mirarlo, esta vez confundido. Claro, él estuvo al principio de todo, seguro supo sobre la prueba del baño, pero quizás su mente los había olvidado.

–No creo, ¿por qué crees que me conoces?–dijo al fin dirigiéndole la palabra a Hoffman.
–Tú rostro me resulta familiar.
–Lamento decirle que nunca lo he visto en mi vida.

Dijo seriamente y volvió a lo que estaba, rebuscó entre la ropa de Strahm y sacó su arma, su teléfono y más cosas que pudieran facilitarle alguna salida.

–¿Cómo es que Amanda te escogió? ¿Por qué?

Ya había empezado el inevitable interrogatorio y Adam se estaba empezando a poner nervioso, no quería decirle nada sobre él y Gordon.

–Nos conocimos hace mucho.
–¿Estuviste acaso alguna vez en una prueba de John?

Adam se detuvo en seco y sintió en la nuca la penetrante mirada de Hoffman, sin duda este hombre sería un problema.

–Sí, claro.
–¿Por qué razón?
–Drogas.

Mintió para sacárselo de encima y siguió en lo que estaba bastante desconcentrado por el interrogatorio del detective, caminó hasta estar cerca de un tanque de metal y dejó las cosas de Strahm.

–No luces como si hubieras usado drogas... tal vez sí me creería lo del tabaco pero drogas no. No se porque siento que me estás mintiendo, niño.
–No tienes porque creerme, yo solo estoy aquí para seguir con el trabajo de Amanda, eso es todo y es la verdad.

Adam lo miró fijamente y lo enfrentó, sí le temía a Hoffman, pero a la vez una parte de él simplemente no toleraba su modus operandi.

–Mientras no interfieras mi camino como el nuevo Jigsaw, estaremos en buenos términos hasta el momento... ¿tú nombres es..?
–David–mintió.

Horffman hizo una mueca que Adam no supo descifrar y este a paso lento se acercó al agente inconsciente, tocó la caja de cristal como si su mano pudiera atravesarla para tocar su cara, y como alternativa llevó sus dedos al cuello de Strahm, como si estuviera buscando o tratado de leer algo en sus clavículas, una acción parecida a una caricia dejó en su nuez de Adán y en un giro de talones se fue alejando.

Back To Black [Chainshipping]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora