JungHopeMin__💋PARA PUTAS YO💋

💋IV💋

El día en que Lisa Manoval se dio cuenta de que odiaba a Jung Hoseok y de que Jeon Jungkook nunca iba a ser suyo;

Lisa podía describir su enamoramiento por Jeon Jungkook como el más sincero y puro, pero la realidad es que la joven siempre fue enamoradiza y Jungkook más que su amor verdadero, era su más insistente capricho. 

Había visto entrevistas, fotos y algunos comentarios del pintor que la habían ensimismado, creándole una falsa y muy dramática historia de ella conquistando al hombre más frío del mundo, de Lisa Manoval enamorando a Jeon Jungkook, pero la verdad es que esa ilusión estaba increíblemente lejos de ser alguna vez real.

Jungkook era un tempano de hielo, un hombre tan desinteresado que parecía no tener sentimientos de algo más que no sea su vida y la pintura.

Lisa ya no sabía que más hacer, después de los miles de pretextos para atrasar la pintura, tuvo que pagar por dos nuevas, alargando el tiempo de convivencia y intentando hacer de todo un poco para poder tenerlo.

Todo fallo.

Desde las insinuaciones, las propuestas, los detalles, las falsas caídas y hasta intentar besarlo.

Todo había resultado terriblemente mal, y Jungkook ni siquiera le termino la última pintura, después de intentar besarlo, Jeon la había mirado de forma tan horrible que Lisa se sintió como la peor de las basuras, como si fuera vomito.

Haciéndola sentir terriblemente mal, tanto que lo único que la chica deseaba era disculparse y seguir intentando gustarle, sin ser, mmm. Tan ofrecida, después de todo Jeon Jungkook le había confirmado que las mujeres lanzadas no eran lo suyo.

Claro, ella no sabía que a Jungkook le iban chicos, de buen trasero y menudos.

Estaba tan empecinada en gustarle, que estaba dispuesta a buscarlo, confesarse y seguir siendo su amiga, para fingir y enamorarlo de forma indirecta.

Lo que tampoco sabía es que Jungkook no la consideraba ni amiga, ni algo cercano a más que una chica fastidiosa y insoportable.

Por ello caminaba con la mejor de las decisiones, con la frente en alto y la más seductora de sus vestimentas, el escote dejaba la separación de sus pechos  a la vista, la cintura al descubierto y los pantalones entallados.

Agradeciendo que nadie obstruyera su camino, pues la entrada a la galería se encontraba despejada, sabiendo que Jungkook se encontraría totalmente solo en su taller, quizás pintando otro maravilloso cuadro, siempre era así, cada que llegaba a la misma hora, el pintor agregaba efectos realistas a cada cuadro.

Orgullosa, al encontrar las luces prendidas y la suave música clásica, supo que estaba en lo correcto, Jungkook se encontraba ahí, haciendo una de sus tantas magias.

Sonriendo de costado, repaso una vez más su vestimenta, acomodando su cabello amarrado en una coleta alta, para dejar descubierto su blanco y delgado cuello. Convencida de que si Jungkook por ahora la rechazaba, al menos conseguiría que un poco de deseo despertara en el.