IV

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La visión que se tenía en U.A era extraña.

Era casi medio día y una gran fila de alumnos yacía afuera del auditorio, con un libreto en mano mientras repasaban algunas líneas.

—Disculpa ¿Ya será mi turno?

Un rubio eléctrico dio un brinco saliendo de su concentración y haciendo que el cubo que saltaba en el juego de su teléfono, se estrellara y perdiera. Gruñó y alzó la mirada.

—¿Y tu quién rayos eres?

—Soy Shu Inuzuka de estudios generales. Estoy aquí desde las 6:00 a.m—respondió con una enorme sonrisa.

—Eso no me intere-

—¡Sí, eres el siguiente! —cortó de inmediato el pelirrojo sentado al lado, tapándole la boca con su mano. —Espera solo un poco más ahí, lamentamos la tardanza.

El chico asintió alegre y continuó repasando sus líneas, Kirishima suspiró aliviado y apartó de golpe su mano cuando sintió el lengüetazo dado por Kaminari.

—¿Podrías ser un poco más amable? Estos chicos llevan horas aquí.

—Nosotros también y además, ese chico hizo que fallara el salto.

—Solo vuelve a intentarlo.

—¡Iba a lograrlo al primer intento!

Kirishima rio al ver como Kaminari se cruzaba de brazos e inflaba sus mejías haciendo un puchero.

—¿Por qué hacemos esto en primer lugar?

—Supongo que será divertido.

—¿Hablas de engañar a todos estos chicos diciéndoles que podrían ser los protagonistas de una obra que si gusta al público, bien podría ser producida en Broadway?

—¿Lo ves?

Kaminari arrugó su nariz para después aguantar una risa —Lo veo.

Ambos chicos continuaron revisando un par de papeles cuando una castaña les interrumpió hablando desde el pasillo.

—Hagan que pase el siguiente, por favor. —dijo, y regresó por donde había llegado.

—Muy bien... —Kirishima tomó un listado. —Shu Inuzuka, puedes pasar.

—De acuerdo, ¿En dónde es la audición?

—Pasillo a mano izquierda, segunda puerta a la derecha. —Respondió Kaminari.

—Gracias, ¿Puedo usar su baño?

—No.

El chico, confundido, solo asintió y comenzó a caminar por donde se le indicó.

—¿Qué te dije de ser más amable?

—Él hizo que perdiera. —al parecer Kaminari era un tanto rencoroso.

Kirishima se limitó a rodar los ojos divertido, y Kaminari continuó con el juego en su teléfono.

En otra escena, se encontraban una castaña sentada en una silla frente a un pecoso y a un chico desconocido que entró a la habitación hacía ya un par de segundos.

El peliverde miraba de pie a cabeza al chico recién llegado, y luego se puso de puntillas un par de veces consecutivas como analizando la altura, pinchó con su dedo índice los músculos en los brazos de su contrario, lo redeó un par de veces observandolo, y entrecerró los ojos al estar frente al él.

El recién llegado Inuzuka, comenzó a sudar nervioso.

—Tu... —señaló Izuku acusatorio.

—...¿Y-Yo?... —Se señaló el chico a sí mismo.

Luna Sangrienta |Bakudeku-Katsudeku|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora