Dmitry (Bylsorm I)

Maraton 5

Welcome peachie
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Olivia

— ¿Te gusta esto? —.

Moví un poco mi cuerpo mostrando como aquel conjunto que él compró me queda tan bien. Echo su cabeza hacia atrás, negando, le prohibí que me tocará. Ya que seguía comprobando sus cambios al estar en esta temporada fría, antes tenía prohibido negarle que me tocara o al menos eso creo.

¿Cuántos baños con agua fría llevaba?, no sé, pero cada vez que salía tenía un conjunto nuevo puesto. Tenía que impedirle que siguiera comprando estas cosas que no usaba.

Parecía que tenía un Alfa con mucha imaginación, que imaginaba todo lo que él quisiera.

— Ya te dije que sí —paso su mano por aquel cabello mojado—. Déjame hacer lo que quiero—.

— No — acomodé mis pechos haciendo que casi uno se saliera del conjunto—. Ups —.

Sonreí al escuchar como suspiraba, sus orejas estaban rojas y las venas de sus brazos se realzaban cuando apretaba el cojín con el que ocultaba su erección.

— ¿Por qué haces esto? —.

— ¿Te gusta este conjunto negro? —lo miré mordiendo mis labios—. Quieres que salte en tu regazo, tal como dices. Que de brinquitos como la coneja que soy —.

— Ya sabes lo que me hace esta temporada fría y sigues torturándome de esta forma —se parió del sillón—. Pensé que las conejas eran astutas, pero alguien solo parece caer como una frágil presa que puedo cazar en un segundo —.

Camine fuera de la habitación, necesitaba saber qué hacer por si era atrapada, no quería un cachorro cuando estaba tan confundida con lo que sentía sobre este nuevo aspecto de Dmitry, y su insistencia por no querer tocarme o dormir junto conmigo en este momento.

No quería que Dmitry se burlara de mí, aún tengo miedo.

— Oh, Alfa, no seas tan cruel con tu coneja —me tomó en sus brazos y sonreí burlándome de él —. Estoy cansada, quiero dormir —.

— Yo te veo con mucha energía, tú querías esto y ahora huyes asustada. ¿Brincarás como un conejo? Quiero ver eso, pero que estés sentada en mi regazo y con mi nudo dentro de tu apretado coño, conejita —.

Mi estómago se revolvía por sus palabras, mi cuerpo se estremeció mientras él lamia el lóbulo de mi oreja. No podía dejarle todo tan fácil, por lo que negué planeando lo único que podía funcionar en estos casos.

— Pero tengo sueño —.

— ¿Estás bromeando con eso?, después de hacer tu pequeño espectáculo —.

Negué y cerré mis ojos dejando caer mi rostro en su pecho. Bufo por lo que hice, pero me dejó, sentí como me cargo y acomodo en sus brazos.

Se sentía bien esto.

Abrí un poco mis ojos viendo como se acomodaba en la cama permaneciendo sentado, cerré mis ojos cuando él me acomodo de una forma que me hizo sentir más cansada de lo que estaba.

Con ganas de dormir en sus brazos hasta el siguiente mes. Era una sensación nueva y que solo me llenaba de necesidad para seguir teniendo esa atención y cariño para mí.

— Eres muy tramposa, solo haces que se acumule todo. Y cuando lo hagamos no te dejaré por días, hasta podría dejarte sin caminar por tu osadía a ser de esta forma —.

— No gracias —.

Acarició mi espalda.

— Pensé que dormías —. Dijo burlón por lo que hacía, huyendo de algo que exigía en un inicio.

— Lo hago, estoy muy cansada —. Beso mi frente acariciando mi rostro, era algo que me relajaba cada vez más.

Él estaba haciendo que yo cayera dormida con solo unas caricias tan simples. Y sin dudarlo me estaba dando el mejor descanso que he tenido en días.

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Desperté siendo algo que no quería, pero eso me ayudó a ver que Dmitry no estaba a mi lado. Me quejé por eso y salí de la cama buscándolo. Aun con cansancio y caminando como podía llegue a disimularlo un poco

— Alfa —. Murmuro caminando hacia él, estaba de espaldas y solo lo rodeé con mis brazos cerrando mis ojos.

— Yo no soy su Alfa, Reina —. Abro un poco mis ojos y alguien más me toma en brazos. El aroma de Dmitry me hace volver a cerrar mis ojos y solo me acurruco, olvidándome del otro sujeto.

— Sigue hablando —. Dijo Dmitry.

— Como ordene señor —la voz del hombre de ayer me hace abrir un ojo para mirar que sucede—. Vengo a pedir mis disculpas por haber hecho que usted pensara que a su Omega le ocurrió algo el día de ayer. Como ya sabe, las órdenes de la ex-reina Piralt son muy demandantes, aun así pido mi más sincera disculpa por haber causado una mala noche —.

— Creo que tu mejor disculpa sería matarte —golpeo el brazo de Dmitry—. Estoy en lo correcto, es lo que tiene que hacer al faltar el respeto haciendo tal cosa. Te estuve buscando entre un clima frío y él ni siquiera informo que tú pediste ser llevada a la cabaña. Aun si fuera por miedo, bien sabe que si da lealtad no sucedería nada —.

— Él no hizo nada malo, así que puedes retirarte Habid —. Cerré mis ojos acurrucándome de nuevo con Dmitry.

— Puedes irte, ya la escuchaste —.

Sentí como acaricio mi rostro y seguí con una sonrisa.

— ¿Ayer estabas desesperado? —.

— Casi mataba a quien dijera que no hay rastro de ti. Y si era verdad que estabas con alguien más, me inclinaría enfrente tuyo para que me aceptaras y me dejaras estar a tu lado. No me importaría si tuvieras aventuras o algo más con otros —.

— ¿Perdonarías eso? —.

Me senté en su regazo poniendo más atención, mi cansancio se había marchado por escuchar eso. ¿Haría lo mismo que su padre hizo? No era el daño suficiente el que le hicieron como para que siguiera con esa idea.

— Haría lo que fuera —.

— Tonto, no caigas en lo mismo. No hagas eso —me mira con una sonrisa algo triste—.  Después de todo serás así, ¿por qué? —.

— No me gustaría terminar con la vida de la persona que amo. Podría hacerte cualquier cosa, pero ya acepté que te amo y no tengo vuelta —.

Maldición

— No —. Me pare de su regazo y caminé alejando me dé él, no podía aceptar eso. Después ¿qué? Vendría la vida miserable de antes, los golpes, insultos y maltratos por su pareja a la cual ama.

— Olivia —negué, me tomó con fuerza de mis brazos deteniéndome—. Te amo y no me importa si tú no sientes lo mismo. Estarás atada por el resto de tu vida a mí, no dejaré que nadie me separe de ti —.

— Dmitry —. Tapó mi boca con su mano, alce mirada y note como seguía triste soportando mi rechazo.

Suspiro un poco antes de hacer lo que iba a hacer para bajar un poco aquella tristeza. Tome su mano apartándola de mi boca y me alce un poco en puntas besando su mejilla.

— Gato tonto —.

Con esas palabras sonrió, no creí que decirle tal cosa lo haría actuar de una forma tan buena. No se enoja o hace el intento, solo deja que diga y haga lo que quiera. Espero que esta temporada fría, pase rápido, extraño al Dmitry con el que amanecía haciendo berrinches por el mal humor que porta ese jaguar.

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5/5.