⊏Completa la primera parte (en edición)⊐
¿Acaso podría dejar ir a su dolor de cabeza? ¿Como dejar ir aquellos ojos color durazno?
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Para Dmitry sentir el tacto tembloroso de aquella coneja que intentaba ser fuerte, se volvía una obse...
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Dmitry
Mire a cada uno en la cena, era algo nuevo ver a diferentes países reunidos en una cena. Cada uno, con su gente, podría inspeccionar a cada persona y ver cuál es su altibajo para atacar si es necesario.
No soy de lo mejor estando rodeado de gente, pero es una obligación estar en estos lugares.
— Señor, disculpe —sentí un pequeño tirón en mi ropa y gire algo molesto. ¿Quién se atrevía a molestar al Rey? Era tentador asustar a aquella voz tan temerosa—. Sabe... —alzó su rostro quedándose sin habla, trague con fuerza por el nudo que se formó en mi garganta —. Y-yo-yo quería sa-saber en donde está el jardín —.
Su cabello rubio caía en ondas por sus hombros, con un vestido rosado que la hacía brillar en todo el lugar. ¿Qué era esto? Sus ojos eran anaranjados como el color de un durazno dulce. Hermosa. Esa era la palabra que mi ser nunca había pensado.
Tenía un rostro pequeño con mejillas adornadas con ese rojizo único en omegas. Baje un poco mi mirada aprovechando que ella bajó su rostro por los nervios, hacía mucho que no veía a una Omega como se era antes.
— Deja te muestro en donde es la salida hacia el jardín —. Deje mi copa rápidamente y camine dejando a mis primos a un lado.
— ¡Dmitry, querido! —.
Escuche el grito de mi madrastra, pero mi bestia sentía la necesidad de cuidar a aquella dulce Omega que estaba a mi lado.
Tome la mano de aquella hembra pasándola por mi brazo y ella parecía acostumbrarse rápidamente a las cosas. Seguía con su sonrisa tierna que estaba causando estragos en mi bestia.
— Mi nombre es Olivia, soy parte de la nobleza más cercana al emperador de Watspur —parecía que sus manos temblaban al verme, algo que provocaba un sonrojo en mí —. ¿Y usted es parte de alguna nobleza? —.
Gire mi rostro hacia otra dirección, se veía tan distraída mirando cada cosa en el lugar. Creo mi madre ha tenido mucho tiempo para decorar en este festejo.
— Soy Dmitry el Rey de este país —.
Ella se detuvo y con un asombró en su mirada me miro, hizo una reverencia tan rápido como captó mis palabras.
— Lo siento, me comporté mal. Alteza, perdóneme —sus ojos se cristalizaron, parecía vulnerable a todo y quería protegerla de todo lo que le causará daño—. Cometí un error al ser tan descortés con usted. Será mejor que pida ayuda a alguien más. Lo siento, Majestad —.
Se giró yéndose y cubrí mi rostro algo inquieto por como era ella. Suspire sin controlar mis impulsos y tome su mano antes de que entrará de nuevo al salón de fiestas.
