Aquí estaré... (Peter Parker y Tú)

Capitulo 4

Al día siguiente me levante y realice mi rutina diaria antes de salir hacia la escuela.

Cuando me despedí de Strange, este me volvió a dar un gran sermón sobre lo que había sucedió el día anterior. Lo corte a la mitad con la excusa de que se me haría tarde y le dije que no volvería a pasar.

Ciertamente no quería recordar todo lo sucedió ayer, pero Peter no salía de mi cabeza, Stephen me hablo sobre el, aunque no lo había visto en persona, habíamos hablado por teléfono un par de veces, en las que aparte de expresar mi gran preocupación por el, también le pregunte lo sucedido, en especial el pelear codo a codo con los Vengadores. Y aquel chico araña fue mencionado en algunas ocasiones. Sin mencionar que otra persona me había hablado de el tiempo atrás.

El trayecto fue el mismo de todos los días, incluso esta vez llegue más temprano que ayer, por lo que me tome con calma mi trayecto al salón de la primera clase.

Tenía la sensación de que alguien me estaba siguiendo, pero intente ignorarlo, pues yo era invisible en la institución, nadie me conocía o sabía algo de mí, justo como estaba planeado.

Cuando di la vuelta en un pasillo que ya no estaba tan lleno de personas como todos los anteriores, alguien me tomo del brazo y me aparto del camino.

Estaba muy confundida, cuando di la vuelta y mire al chico delante de mí, no entendí que estaba pasando, quizá seria una víctima de las famosas bromas escolares, pero el solo me observaba sin decir nada.

– ¿Necesitas algo? – Le pregunte con amabilidad.

– Hablar contigo – Me respondió con seriedad. Y hasta ese momento me di cuenta de quien era.

Peter Parker

Estaba tan ocupada pensando en mil cosas que por un momento no lo reconocí. Sabia lo que quería hablar conmigo, era bastante obvio que se trataba sobre lo que sucedió ayer.

– ¿Conmigo? ¿Sobre que? – Pregunte inocentemente.

– Te lo diré después de clases y te pido que no intentes huir otra vez.

Se fue después de decir eso y yo tarde unos segundos en reaccionar, retome mi camino llegando finalmente a la clase correspondiente.

Por primera vez en toda mi vida, desee que las clases no acabaran, no quería hablar con el o mejor dicho, no podía hablar con el. No tenía otra opción, huir de nuevo no tendría caso, asistimos a la misma escuela estoy segura que no se rendiría tan fácil, así que solo tenía dos opciones y ninguna parecía buena.

La campana sonó, informando el final de las clases, por un instante pensé en salir corriendo como una desquiciada, pero el me podría alcanzar en cuestión de segundos y aparte llamaría la atención de todo el mundo.

Salí del edificio intranquila, no sabia si tenía que esperar en algún lugar o algo por el estilo, si el no aparecía en los próximos cinco minutos me iría. Después de esperar por cuatro minutos di por hecho que me podría ir, pero el apareció justo en ese instante.

Cuando estuvo frente a mi, me regalo una sonrisa de boca cerrada, lo que le dio un aire de ternura a todo su rostro.

– Entonces ¿Qué quieres hablar conmigo? – La pregunta parecía bastante estúpida de mi parte, pues yo sabia perfectamente de que se trataba todo esto.

– Es algo que quiero hablar en privado – Su voz sonaba relajada, muy diferente a esta mañana.

– Bien.

Comenzamos a caminar, pensé que el trayecto seria silencioso, pero no lo fue.

– ¿Cuál es tu nombre? – Peter  pregunta de repente.

– ¿Por qué lo quieres saber? – Pregunte de regreso.

– Tú sabes mi nombre, seria justo que yo supiera el tuyo.

– Cierto – Comente nerviosa.

– ¿Entonces me lo dirás?

Sabia que no era correcto decírselo, pero eso no tenía por que saberlo Strange, así que rompí la segunda regla.

2. No hablar con las personas sobre mi o entablar una relación de amistad con ninguna persona.

– Mi nombre es Amelie, pero todos me dicen Lie.

– Amelie – Repitió para si mismo. – ¿Cuál es tu apellido?

– Klein. Amelie Klein.

– ¿Y yo puedo llamarte Lie o solo es para personas de confianza?

– Puedes llamarme así, después de todo no hay muchas personas en mi vida – Y no le mentía, solo tenía a mamá, a Strange y Wong. Aunque con decir eso me expulsé más de lo que tenía planeado.

(...) 

El camino no fue tan largo y quizá el lugar al que fuimos no era el más común para hablar, pero yo lo solía visitar muy seguido. Mama siempre decía que no era sano que lo hiciese pero eso no me importaba en lo absoluto.

Habíamos ido al cementerio.

Nadie se encontraba ahí, estábamos solos, era algo de esperarse pues la gente no solía visitar este lugar a menos que fuera una ocasión especial.

Creí que caminábamos sin rumbo, hasta que Peter se detuvo en una tumba cerca de un árbol, cuando leí el nombre grabado sobre la piedra una sensación de tristeza me invadió.

May Parker. Su tía.

– Seguro que es raro que te trajera aquí, pero este es uno de los pocos lugares que no están llenos de personas – Comentó Peter.

– No es raro, yo suelo venir mucho.

– Lo lamento – Sabía que me estaba dando su pésame. – Pero principalmente quería que me dijeras el por que tu me recuerdas y el resto del mundo no.

– No lo se – Bueno no lo sabía del todo.

– Si me recuerdas a mi, seguro que también recuerdas lo del hechizo fallido, los visitantes de otros universos, la pelea en la estatua de la libertad y todo lo que sucedió ¿Cierto?

– No es fácil olvidar a tres Spiderman's en un mismo universo.

– Se supone que el último hechizo que lanzo el Doctor Strange, le borro a todos los recuerdos sobre mi, tu no tendrías que recordarme. Entonces si existen personas a las que el hechizo no afecto, volverían a revelar mi identidad y este problema regresaría – Peter estaba entrando en pánico.

– Ey cálmate – Le dije con un tono tranquilo. – Yo se por que el hechizo no me afecto o bueno solo una parte.

– ¿Por qué?

– A mi, nunca me han afectado los hechizos, las ilusiones, los encantamientos y ninguna de esas cosas que engañan la mente de las persona.

– ¿Eso quiere decir que tu eres la única que me recuerda?

– Si.

– Eso es genial, ¿Tu no le dirías a nadie quien es en realidad Spider-Man o si? – Pregunta nervioso.

– No, yo no ganaría nada con hacer eso.

Nos quedamos un tiempo en silencio hasta que Peter habla de nuevo.

– Se siente bien hablar con alguien que si me recuerda ¿Sabes?

– Es la primera vez que hablo con alguien durante tanto tiempo.

– Creo que tú y yo podríamos ser buenos amigos – Sugiere.

Amigos

Esa palabra que tanto deseaba, alguien con quien hablar, con quien pasar tiempo, de verdad quería un amigo, lo había necesitado durante toda mi vida, pero no podía tenerlos.

– Tal vez.

Esa posibilidad era una en un millón y no quería perderla, aunque había muchas cosas de por medio.