Intercambio De Amor ➳ °°Kookmin

♧ CAPITULO 28

Una semana después...

Se encontraba dentro de esa enorme tienda llena de personas con esperanza en el corazón y otras rodeadas con un aura de tristeza, el olor era realmente agradable y había variedad y variedad de flores por todo el lugar, por suerte contaba con la ventaja de saber cuál era la flor de nacimiento de su jefe y la que supone por lógica, era su favorita.

Mientras escogía las mejores el celular comenzó a sonar en su bolsillo y cuando lo tomó no dudo en responder, era una llamada que había esperado durante una semana completa después de presenciar cómo su jefe se encontraba esa tarde en su oficina luego de la visita de su madre.

— ¿Qué tienes para mí?

—Te voy a decepcionar esta vez, Jungkook. Parece que todo es perfecto, no hay nada que pueda decir que es realmente malo, es como si su sombra hubiera sido borrada de registro.

—Eso es aún más sospechoso, si su hijo no confía en ella es seguro de que esconde algo.

—Me serviría si me dijeras algo en específico que deba investigar.

—No han querido decirme nada sobre el tema tampoco, pero te enviaré el número de mi jefe por mensaje para que puedas arreglar esto con él.

— ¿Es el hombre del gemelo? ¿Se lo has dicho? ¿Que su hermano está vivo?

—Quise hacerlo, pero ahora no es conveniente. Continua haciendo lo que puedas y llámame si hay algo.

—Cuenta con eso.

La llamada fue cortada luego de eso, el celular del castaño volvió al bolsillo de su pantalón y su atención vuelve a posarse sobre las flores frente a él ¿Está bien si solo le regala eso? Se preguntaba a sí mismo, no quería que su regalo fuera de poco valor para su jefe, después de todo, era un hombre que merecía el cielo y las estrellas y estaba seguro de que por mucho que fuera, no le faltaba algo que no le hubieran regalado antes.

—Corona de novia —musito una chica muy hermosa que parecía trabajar en el lugar—. Es perfecta para complementar ramos de regalo.

— ¿Con que otra flor me recomienda? —cuestiono muy interesado.

—La Spiraea se ve bien casi con todo, también dependerá de qué mensaje quiere transmitir con ellas —la chica se inclinó un poco sobre el mostrador y susurro: —Si el caso se trata de una confesión de amor, le recomiendo las rosas rojas. Simboliza el fuego y la pasión de dos amantes.

—Lo tomo —dijo sin pensarlo y la mujer sonrió enternecida.

Jungkook observó atentamente cómo la trabajadora armaba un hermoso ramo que deseaba, a su jefe también le gustase. Era su cumpleaños y aunque nunca antes le había dado un regalo que él mismo planeara, además de solo entregarle los que dejaban en recepción, este año su relación había dado un giro de 360 grados y no había vuelta atrás, no para Jungkook.

Jungkook no se había enamorado de nadie más desde que era un pequeño, su primer amor fue aquella chica de la que le contó al CEO Park la noche en la que probó que sus sentimientos eran aún más fuertes de lo que imaginaba. Su hermano se vio en la obligación de organizar citas tras citas con la esperanza de que su hermano viviera un romance como una persona normal.

Pero por más que el castaño tratara, eso no sucedía. No había mujer que hubiera conocido que hiciera temblar sus pies como ese pelinegro obstinado lo había hecho. No tenía idea de que también pudiese sentir atracción por chicos hasta esa noche en el bar, que él recordaba perfectamente, la primera vez que sus labios tocaron los de su jefe y solo deseo que eso durara un poco más.