Capítulo 3. Conexión anormal

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Ya eran las 07:30 y Alinka esperaba sentada en las escaleras de la entrada de la casa, tenía sueño porque casi toda la tarde se la paso haciendo agujeros por toda la casa, incluso se preguntaba si era mejor cancelar la cita, pero el rugido del automóvil de Billy fue lo que la sacó de sus pensamientos; Billy se estacionó y salió del coche, tenía un aspecto a un más rudo del que conoció afuera del supermercado.

- Llegue – anunció – ¿Nos vamos?

- A sus órdenes capitán – la rubia se levantó y caminó hacia la puerta del copiloto, Billy le abrió la puerta y ella entró - ¿A dónde iremos?

- En realidad, no lo sé – Billy cerró la puerta y comenzó a manejar – a buscar un lugar de pertenencia, supongo.

- ¿Por qué el look de chico rudo? – preguntó mientras bostezaba y estiraba un poco sus hombros ­–

- Porque lo más seguro es que terminemos en un bar de mala muerte – volteó a ver a Alinka – bebes, ¿verdad?

- Te sorprendería, fui reina del barril cuando estaba New York – abrió un poco la ventana para poder recibir el aire fresco de la noche –

- No sabía que una mujer durara tanto tiempo en el barril – su comentario le había causado cierta incomodidad a su acompañante, Billy pareció darse cuenta, podría ser un idiota, pero era un idiota que sabía cómo cambiar todos su comentarios desacertados – no digo que una mujer no pueda hacerlo, he visto a varias hacer cosas sorprendentes, solo que nunca me tocó ver a una mujer tomando directamente de un barril estando de cabeza, en realidad, solo una vez, pero casi se ahoga – mostró esa sonrisa juguetona que aumentaba su atractivo – la hubieras visto, escupió toda la cerveza encima de todos los que estaban cerca, entre ellos estaba yo, fue muy asqueroso – sabía que había salvado la situación cuando Alinka soltó una pequeña risa, una victoria más en su lista mental –

- Me imagino lo asqueroso que fue – Alinka, que anteriormente miraba el paisaje a través de la ventana, ahora escaneaba el rostro de Billy en, sus ojos azules, en su nariz algo grande, en sus labios rectos y no tan anchos, en su bigote recién depilado y en sus cejas pobladas, él pareció darse cuenta, pero fingía que no lo había hecho – hubiera pagado mucho para estar en ese momento y reírme de ti, con esa expresión de asco en tu cara.

- Tal vez cuando platee ir a California, te lleve conmigo, busque a la misma chica y haga una fiesta del barril – bromeó, esta vez ambos rieron –

- Tal vez sea una gran idea, así no pasaré mis vacaciones en un total aburrimiento

En la mente de Alinka aún había preocupación, no importaba que tan buena relación empezara con cualquier persona, en el momento que esa persona sabía que ella no era del todo una estadounidense, todo se iba por el caño, parecería fácil simplemente seguir su vida como un lobo solitario, pero no podía dejar de tratar de tener amigos, tenía la esperanza de que al menos a uno no le importaría su verdadera nacionalidad, al menos la de su nacimiento.

Pero había algo más que le preocupaba, era la instantánea conexión que sintió con el chico de ojos azules, estaba convencida de que aquello no era para nada normal, si otro fuera el caso, desde el momento en el que le pinchó las llantas, se hubiera ido, no se quedaría esperándolo, y mucho menos sin saber como reaccionaría. Aun así, se convenció de dejar ese pensamiento de lado, quería disfrutar al menos un fragmento de la noche.

- Llegamos a nuestra primera parada – dijo el ojiazul mientras observaba un bar de mala muerte, vaya que no bromeaba que en algún momento terminarían en uno – ¿Asustada?

Russian Girl (Billy Hargrove) #1Where stories live. Discover now