Capítulo 14. La cazadora de memorias

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Billy salió rápidamente de la fábrica, subió a su auto y condujo rápidamente en dirección al teléfono público que había visto hace unos momentos, marcó al 911 y cuando escuchó la voz de la operadora, la luz comenzó a parpadear dentro de la cabina. Hargrove tenía miedo, dejó el teléfono en su lugar y salió de la cabina; por un momento creyó que estaba alucinando, en el aire volaban partículas blancas de origen desconocido, su auto parecía estar atrapado por extrañas enredaderas, y se notaban algunas figuras humanas en una neblina que había aparecido de la nada.

Billy, impulsado por el miedo, la curiosidad y su naturaleza atrevida, se aproximó a las figuras mientras exigía saber que es lo que querían de él; su expresión, anteriormente temerosa y algo intimidante, se había convertido en una se sorpresa cuando vio aun doble suyo frente a él.

- Quiero que construyas – habló su doble, su voz parecía hacer eco en todas partes –

- ¿Construir qué? – Billy estaba totalmente confundido, ¿Cómo debía interpretar esto?, ¿Cómo algún tipo de señal religiosa?, deseaba que esto solo fuera una pesadilla –

- Lo que ves

Aquel pequeño viaje al mundo al revés, solo dejaba al rubio mucho más confundido de lo que de por si ya estaba; regresó a su automóvil y manejó en dirección a la casa de remolques, no se encontraba nada bien y su aspecto sucio lo demostraba claramente. Al entrar, quien lo vio primero fue Max, no quiso preguntar, siempre regresaba así cuando se había peleado con algún chico que se lo "mereciera"; pero esta vez era diferente, su cara no era de enojo.

- Billy – lo llamó Max, su voz se escuchaba distorsionada en los oídos de William – ¿estas bien?

- Estoy bien – habló el mayor, entrando al baño y cerrando la puerta con seguro –

La mayor parte del tiempo que pasó dentro del reducido baño, se había consumido en bañarse con agua fría y vomitar, quería deshacerse completamente de aquello que se había metido dentro de su cuerpo, estaba desesperado, tenía el presentimiento de que moriría en cualquier momento.

Ya era sábado, Alinka fue llamada por Steve, le había contado que la necesitaba urgentemente, la castaña no dudó ni un solo momento en ir a la ayuda de Steve, por un momento pensó que los demogorgones habían vuelto y que amenazaban en entrar a Scoops Ahoy, pero esa imagen fue borrada de su mente cuando se dio cuenta que no había gente corriendo fuera del centro comercial, eso hizo que su corazón latiera con normalidad, no acelerado como el de un caballo. Se dirigió a la tienda de helado y se encontró con Robin atendiendo a un pequeño grupo de niñas que se aprovechaban de la política de pruebas gratis de la empresa.

- Hola Robin – la castaña saludó a la chica, ella solo sonrió - ¿ya les cobraste las pruebas de más?

- ¿Cobrar? – habló la niña líder del pequeño grupo – son pruebas, no las puedes cobrar

- ¿A no? – Alinka agarró el manual que causalmente estaba escondido en uno de los entrepaños del mueble de madera, hizo como si buscara una página en específico – pagina 128, párrafo 2, regla número 53 – puso su dedo sobre uno de los renglones – no se darán más de 1 muestra de helado por cliente, si el cliente consume más de una muestra de un total de 16 tipos de sabores de helado por día, se le cobrara el precio de dos helados sencillos, en el caso de que él cliente se niegue a hacerlo, se le podrá reportar a la policía – cerró el manual y lo puso en su lugar - ¿Cuántas muestras de helado han consumido?

- 32, dos de cada uno de los sabores – Robín le siguió el juego a Cooper, la expresión de las niñas era de terror – deben pagar

- No tenemos tanto dinero – dijo una de ellas – pero no pueden llamar a la policía, a penas somo unas niñas

Russian Girl (Billy Hargrove) #1Where stories live. Discover now