27. Ritual

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Natsu

Ya está, no puedo más con esto; estoy decidido a seguir el plan de Gray, ya da igual cuánto odie la idea.

Podía tolerar muchas cosas, pero esa última orden fue la gota que derramó el vaso. Ya perdí a Larcade, no pienso perder también a Lucy de nuevo, porque tengo el presentimiento de que ella sería el siguiente objetivo que Zeref me ordenaría eliminar y me niego rotundamente a llegar a eso, no pienso obedecer ni una maldita orden más.

—Si eso es lo que quieres... —la rubia dice, alcanzado una de mis manos, lo que hace que me tense por completo, no esperaba que fuera a acercarse tanto conmigo en esta forma—. Te voy a apoyar hasta el final, te lo prometo —asegura con un tono cálido y casi puedo dibujar en mi mente la suave sonrisa que debe tener ahora.

—Lo sé —intento sonreír, pero aunque no se me complicara en esta forma, sigo sin ánimos—. Gracias.

Pasamos un rato en silencio, que admito que resulta algo incómodo, pero no tengo idea de qué hacer en esta situación. Si hay un cambio significativo es solo por la llegada de cierto imp que llama nuestra atención, acercándose casi a brincos hacia quien fue su amo. La verdad hasta ahora lo había olvidado.

—Larcade lo había dejado en la casa para que no le pasara nada —Lucy comenta, observando con tristeza al diablillo que decidió descansar sobre el pecho del nombrado—. ¿Tiene alguna forma de saber que no despertará?

—Lo sabe —aseguro con la voz algo enronquecida una vez más—. Como su familiar, está al tanto de todo lo que le pasa. De igual forma, los imps son más listos que la mayoría de demonios de su nivel; podría diferenciar fácilmente si está vivo o no, aún sin el vínculo que los une.

—Ya veo... —ella asiente—. ¿Y qué será de él ahora? ¿Alguien más lo adoptará?

—Morirá —sentencio, y de inmediato puedo sentir la mirada de la rubia sobre mí. Sé que espera alguna explicación, así que suelto un suspiro antes de continuar—. Un familiar y su amo tienen un vínculo muy fuerte, y es de por vida para el familiar. No es una mascota, se convierte casi en una extensión de su amo, recibiendo parte de su energía vital en todo momento. Si su amo llega a morir antes que él, la vida del familiar se irá diluyendo hasta desaparecer—. Hago una corta pausa—. Por mucho, le quedan un par de horas más; no hay nada que se pueda hacer, tiene el tiempo contado.

A la larga, supongo que lo mejor es que las cosas sean así; no tengo idea de qué sería de un familiar sin su amo, lo más seguro es que tampoco pudiera sobrevivir por su cuenta por mucho tiempo, pero de igual forma, no tiene sentido pensar en esto. Ese imp morirá en poco tiempo, dudo que para este punto pueda apartarse de Larcade aunque lo intente.

En cierto punto, desvío mi mirada hacia Lucy. Estaba casi seguro de que ella seguía viendo la escena, así que me toma por sorpresa que nuestras miradas se crucen; de inmediato una sensación desagradable me invade y no puedo evitar desviar la mirada hacia el suelo.

—Natsu.

—¿Sí?

—Mírame —ella pide, pero no pienso hacerlo, no quiero hacerlo mientras no deje de parecer un maldito monstruo de película de miedo—. Natsu —insiste y puedo notar cómo se acerca hasta ahuecar mi cara con sus manos, pero mantengo la vista apartada—, no me importa cómo te veas, ya te lo dije —ya lo sé, pero esas palabras no harán que deje de verme y sentirme como un maldito adefesio del infierno.

Pasan algunos tensos segundos antes de que ella se acerque aun más. Quiero apartarla, pero por alguna razón no lo hago; y dejo de razonar por completo cuando siento sus suaves y cálidos labios sobre mi frente. ¿Qué demonios...?

Alma perdidaWhere stories live. Discover now