Chapter 9: Hoy no (+18)

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Recorrí rápidamente las calles hasta que sentí unas fuertes manos que me tomaron del brazo, arrastrándome por un callejón.

— ¿Estás bien? Te diste un golpe bastante fuerte.

— Estoy bien, Steve.

— No quería empujarte, no pensé, solo quería... No lo sé, perdóname.

— ¿Cuántas veces más tendré que escuchar eso, cariño?

— ¿A que te refieres?

— Antes te habría perdonado cualquier cosa que hicieras, si matabas a mi bisabuelo te habría dicho "está bien, los accidentes pasan", pero ahora...

— Solo trato de protegerte.

— ¿Cómo?, dime, ¿Como pretendes protegerme y de que?

— Byers es un pervertido, __.

— No lo haces por mí— Steve me miró atento, la sangre brotaba por diferentes lados de su rostro—. No tratas de protegerme, no te molesta que Jonathan me haya tomado fotos, lo que te molesta es que haya entrado a tú propiedad para hacerlo, te molesta que Nancy prefiera estar con él que contigo a escondidas...

— No sabes lo que estás diciendo, amor.

— Bueno, quizás eso se deba a que ¡Me golpeaste en la cabeza con un muro!

— ¡Fue un accidente!

— ¡Ya estoy cansada de esto!, de que siempre terminemos gritando en la calle por alguna estupidez que se te ocurrió con tus amigos, sólo buscas ser el chico popular y el rey del estúpido baile. Si me hubiese quedado con ellos, tú me habrías dejado, le habrías creído a tus amigos, no? Te quedaste para confirmarlo.

— Yo no haría eso.

— ¿Y porque a Nancy si?

— ¡Yo no fui!

— No tuviste ninguna intención de detener a Tommy.

— ¿¡Podemos dejar de pelear!? Sólo quiero ser lo que éramos antes.— Steve se acercó a mi, podía ver la sinceridad de sus ojos, su rabia, su angustia, podía sentir lo más profundo de su alma con solo ver su mirada mientras se acercaba a mi, hasta que mi espalda chocó contra la pared—. ¿Es tan difícil amarnos como antes?, ¿Podemos sólo ir a casa?... Por favor.

Asentí dándole la razón, ya no tenía sentido seguir discutiendo, su presencia me intimidaba pero no le temía, al contrario. Steve me besó violentamente y sus manos estaban en mis mejillas, sentí el sabor metálico de la sangre que salía de su labio, suspiro aliviado y nos encaminamos a su auto, él me abrió la puerta y luego subió para conducir él.

— ¿Estas seguro de que ves bien el camino?— Steve rió en silencio—. Jonathan te dió una paliza.

Él no respondió, apoyo su mano en mi rodilla mientras conducía con precaución, ninguno emitió palabra hasta llegar a casa, subí a mi cuarto corriendo y baje con un botiquín, Steve estaba sentado en el sillón, me senté en sus piernas y él sonrió posando sus manos en mi cintura.

— Esto arderá como el infierno, Harrington.

— Tu ardes como el infierno, cariño...

Sonreí, conciente de la excitación que invadía a Steve luego de alguna discusión, tomé el algodón con alcohol, lo pase suavemente por las heridas de su rostro, Steve cerró los ojos con fuerza, sus dedos se apretaron en mi cuerpo, soltó un fuerte quejido cuando pase el algodón por la herida más profunda.

— Lo siento.

— Está bien, me lo merezco.

— Tus padres terminarán de matarte, Steve.

— Entonces no dejes que mis padres me vean. Puedo estar en el sillón, o en tu porche, en el garaje, dónde sea menos en mi casa.

— Entonces, te espero en mi cuarto.

Sonreí y corrí subiendo las escaleras, escuché la risa de Steve casi chocando en mi espalda, abrí la puerta de mi cuarto y caí a la cama con su cuerpo sobre el mío.

— Tranquilo, Harrington.

— Hoy no.

Sus manos viajaron al borde de mi suéter y lo retiro rozando sus dedos con mi piel causandome escalofríos al contacto, sus labios suavemente se clavaron en mi pecho, gemí y me tumbe sobre las almohadas.

Los labios de Steve bajaron rápidamente, obligandome a arquearme del placer que provocaban sus manos frías en mi cintura acompañadas de sus cálidos besos, acaricie su cabello mientras seguía su húmedo recorrido.

Steve se levantó y me besó en los labios, pero pronto comenzó a morderlos sin llegar a lastimarme.
Le susurraba frases que ni siquiera llegaba a terminar, él soltó un fuerte jadeo cuando dejé un camino de besos por su cuello y saqué su camiseta.

— Hoy no...

Cambiamos la posición y ahora Steve estaba bajo mi cuerpo, acerque mis labios a los suyos y escuché su respiración agitada, sonreí antes de besarlo, sus manos apretaron y golpearon mi trasero, apoye mis manos en su pectoral para mantener el equilibrio mientras hacía movimientos circulares con mis caderas sobre el creciente pene de Steve, el tiro la cabeza hacía atrás soltando un gemido de satisfacción y a la vez necesitado de más.

Sus manos viajaron al botón de mi pantalón, el cual retiro sin complicaciones dejándome en ropa interior.

— Eres hermosa, __ Munson.

Sus dedos tocaron discretamente por sobre mis bragas, mordí mi labio esperando que hiciera más que roces, y lo hizo, casi como si conociera mis pensamientos, sus dedos acariciaban por sobre la tela con determinación y dulzura, solté un suspiro, mis manos bajaron para tocar el miembro de Steve por sobre su ropa, él soltó un jadeo y nos mantuvimos así por poco menos de un minuto antes de que Steve volviera a darnos la vuelta, se retiró el pantalón junto a su ropa interior, quedando completamente desnudo, se acercó a mi para desabrochar mi sujetador y bajar mis bragas.

Steve tomo mis piernas y comenzó a besar mis muslos, subiendo cada vez más, jugué con su cabello mientras soltaba suspiros y risas nerviosas. Sus labios y su lengua jugaban y succionaban delicadamente haciendo un perfecto sexo oral, mis gemidos comenzaron a salir sin poder intentar retenerlos.

— A la mierda.

Steve se acomodo e introdujo su pene en mi de una estocada, junto su frente a la mía al tiempo que ambos gemimos con fuerza, nos besamos sin hacer más movimientos, él quería moverse podía sentir su necesidad, pero no quería lastimarme, sus embestidas eran muy lentas y suaves al igual que sus gemidos, Steve sabía perfectamente que podía hacerme venir con solo gemir en mi oido, y por supuesto que lo hacía.

Mis manos se aferraron a su espalda cuando comenzó a moverse más rápido, sus labios besaban mi cuello con dulzura para acallar sus propios gemidos mientras los míos salían cada vez más.
La sábana se arrugó por nuestros movimientos, y me aferre a estas con una mano.

Enrede mis piernas en la cintura de Steve dándole un mejor acceso a mi interior, el placer iba en aumento cada segundo, nuestras frentes estaban unidas y nuestros gemidos se mezclaban, las embestidas rápidas y casi descontroladas, sabía que Steve estaba por llegar al orgasmo y pensar en eso lograba una mayor excitación en mi, su mano tomo la mía y la apretó mientras movía sus caderas con dureza, gemiamos y nos besabamos con intensidad hasta que Steve se aferró a mis caderas soltando su caliente semen en mi, dió un par de estocadas más gimiendo alto por su sensibilidad haciendo que llegara a mi orgasmo.

Steve salió con delicadeza, su cabeza estaba apoyada en mi hombro mientras nuestras respiraciones volvían a ser calmadas, él sonrió en mi cuello y luego se recostó a mi lado.

— Increíble.— susurro con una sonrisa—. Lo siento.

— Olvídalo, Steve, solo debes aprender a controlar las cosas que haces, o dices.

— Trato de hacerlo— susurro girandose a verme—. Intento ser mejor.

— Lo sé,— acaricie su mejilla y sonreí— lo sé.

Play With Me [Steve Harrington y T/N]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora