El Origen

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En el mundo de Áragog existen dos reinos: el reino cósmico y el reino terrenal. El reino cósmico es la vida más allá del cuerpo, la existencia fuera de las leyes de la física, donde el poder y el alma son lo único vivo. Este reino se ubica por encima del terrenal, más allá de las capas celestes al alcance de los humanos, en la dimensión de las estrellas.

El segundo reino, el terrenal, es el mortal, regido por humanos de carne y hueso, perecederos y desligados de la conciencia del alma que habita enjaulada sin voz en la mayoría de estos seres vivos.

• El reino cósmico tiene un origen incierto. Dependiendo de la mitología puede variar.

• El origen según la teología áraga:

En la religión de Ara se habla de punto donde la nada y el todo coexistían en desorden: el poder, la fuerza y la esencia de la divinidad habitaban el cielo esparcido en un desorden de polvo cósmico y almas perdidas. Ara era la única consciencia activa, así que tomó las riendas de «la creación».

Al ser un reino cósmico inmortal, «el tiempo» no tiene el mismo significado y valor que en la vida humana, por lo que Ara se dedicó milenios enteros a entretejer los hilos de cada constelación, encajando en ellas luego las enormes esferas de calor, consciencia, poder y alma errante que configuraba cada estrella en coma.

Una vez que una estrella era conectada a los hilos de una constelación, recibía un don de «Identidad» que le definiría. (Véase adelante la Identidad y su relación con la cosmología)

Los dones de Identidad que se repartieron fueron varios e infinitos, pero se tiene constancia muchos de ellos, algunos conocidos como Anhelo, Ambición, Destrucción, Codicia, Paz, Abnegación, Bondad, Belleza, Sabiduría, Ira, e.t.c., y cada uno de estos formó el temple de cada consciencia estelar.

Cuando las constelaciones estuvieron instauradas, se decretó un alma o estrella líder que la nombraría y regiría, tomando forma y características que le definirían, a la vez que sería la fuente que potenciara todo el poder de los demás puntos.

Así, cada estrella pudo habitar el reino cósmico y trascender al terrenal en el alma de un humano en forma de poder.

Así empezaron los cosmos, el alma de las estrellas transformadas en poder luego de escoger un humano que habitar.

Algunas estrellas escogían solo entregar una lasca de su poder, por lo que algunos cosmos son más poderosos que otros y cuentan con mucha más variedad de habilidades; mientras que otros cargan con toda la vastedad del poder de una estrella, incluso de una constelación.

Si los humanos escogidos por las estrellas aprendieran a comunicarse con su cosmo y dominar su poder como el habla o el caminar, serían casi invencibles y podrían regir la tierra como una divinidad mortal.

•Con los primeros cosmos empezaron las reencarnaciones. Estrellas que escogían humanos, vivían en el reino terrenal con una consciencia limitada, morían y regresaban a su constelación, ahora con la constancia de su vida mortal. Y repetían el proceso.

(El siguiente ejemplo contiene spoilers del final de Vendida).

•En las vueltas lunares previas a la Persecución, por ejemplo, existió una portadora de Aquila, la cual Ara bendijo con el don de Identidad de «Potencia». Sus poderes tenían relación con el águila, más su Identidad que daba agudeza a sus sentidos y ataques y una clara resistencia, lo que la llevó a ganar un torneo contra asesinos más experimentados y sirios mutantes (véase adelante).

•No era un poder neto sino fragmentado, pero hizo de ella un ser casi invencible en la arena.

•La portadora de Aquila de su generación es una de las pocas de la que se tiene registro en el que un cosmo, el poder, desafía la consciencia y toma control del ser. La referencia que se tiene fue el momento previo al final, cuando su cosmo se apoderó de ella y desvió la mano que pretendía acabar con su vida.

Enciclopedia Áraga: Historia, archivos y secretos [Saga Sinergia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora