𝙖𝙜𝙖𝙞𝙣 . . . ➸ 𝘬𝘰𝘰𝘬𝘵𝘢𝘦 - 𝘵𝘢𝘦𝘬𝘰𝘰𝘬 / 𝘫𝘢𝘺𝘸𝘰𝘯

𝐏𝐑𝐎𝐋𝐎𝐆𝐔𝐄

El amor, ese sentimiento expresado de múltiples maneras pero para muchas personas significaba odio, destrucción, paz, para Taehyung era un solo nombre: Jungkook.

En los años 90's , la homosexualidad se estaba abriendo de poco a poco, pero tenía una fuerte ola de críticas diciendo que esto estaba mal, que amar a alguien de tu mismo género era como un asesinato hacia una persona, Kim tenía miedo de ello, pero siempre estaría protegido por Jungkook, ¿no?.

Jungkook, era el clásico chico que por fuera era frívolo con la gente, nada sociable y que olía a cigarrillos pero cerca de su querido "amigo" se volvía el ser más amoroso del universo.

Los Jeon al igual que los Kim tenían una buena reputación dentro de la categorías, ambas millonarias, ambas "perfectas", cuando realmente estar en esa familia es estar en el propio infierno, Tae sufría de constantes abusos físicos por parte de su padre, nada bonito y perfecto que digamos, mientras tanto Jungkook, sufría que su madre cada día lo dijera que fue un estúpido error y que estaba harto de él, creo que por eso estaban destinados, ¿no?

Taehyung estaba ilusionado con este joven amor, ambos con apenas 17 años, teniendo un montón de amigos y ser los más populares en su instituto, ¿que podría fallar?

Todas las noches, el azabache iba a escondidas a la casa de Taehyung para desearle las buenas noches, se dedicaban cartas, compartían cada momento juntos, se sentían vivos, sentían que sus vidas estaban llenas de colores, se amaban a sí mismos, eran uno para el otro, ¿Qué fue lo que ocurrió?.

Como siempre, la vida nada termina bien, nada que comienza como un sueño de hadas, terminara así.

Karina, su "amiga" que estaba obsesionada de hacerse millonaria casándose con Taehyung, los delato, primero les engaños a ambas familias que aquel par de jóvenes se estaban peleando pero valla sorpresa que se llevaron.

Ese día ambos padres lo único que hicieron fue golpearles hasta el cansancio y gritarles fuertes cosas, al frente de miles de personas que pasaban por ese lugar.

A ambos se los llevaron a fuerzas, ambos no paraban de llorar, el hilo dorado que los conectaba había sido cortado de una manera brutal.

Taehyung había recibido golpes de primer grado, moretones por todo su cuerpo y el labio casi roto, ese era su castigo por haberse besado con Jungkook, el amor de su vida.

Mientras que Jeon lo quemaron con cigarrillos dejándolo marcas para toda la vida, su espalda llena de marcas fuertes y heridas abiertas, ese día fue el peor para ellos.

Como nunca habían llorado tanto, no por el dolor físico, sino por la idea de alejarse, de aquella persona que los hizo tocar el cielo sin necesidad de volar, o la persona que le enseño amar cada parte de su piel, ¿lo peor?, es que tendría que verse la cara al día siguiente para ser su último adiós.

Tae no quería hacerlo, no pudieron salvarse, su otra mitad lo estaba perdiendo.

Jungkook, ¿Por qué me prometiste que nos volveríamos a ver de nuevo?, si sabes que eso es imposible.

Año tras años habían concurrido desde esa tarde fría, ambos obligados a casarse con mujeres que ni amaban, pero teniendo descendencia. Por parte de Taehyung tuvo a Kim Jay, ya que lamentablemente, el segundo pequeño perdió la vida recién nacido. Jay llamaba la atención de todas las chicas de su instituto, pero el único que le hacía voltearse a mirarlo era Jeon Jungwon, su amigo desde la secundaria. El pelinegro había heredado todo lo de su padre, hasta el gusto por el sexo masculino, no se consideraba "gay" ya que también le atraían las mujeres, pero Jungwon, su novio, era el que hacia latir su corazón.

Jeon Jungwon, hijo de Jeon Jungkook y la fallecida Son Seunwan, era la representación de la juventud de Jungkook, por ende era el más consentido del hogar, pero si su padre supiera que aquel chiquillo anduviera con el hijo de su ex amor, ya no sería el consentido.

Ambas familias se habían decidido que ninguno de sus nietos tuvieran contacto con la familia contraria, porque querían evitar futuros "problemas", pero fue inevitable, ambos jóvenes de tan solo 17 años que se habían entregado por completo al otro, estaban viviendo lo mismo que sus padres, pero esto ya lo hemos vivido y sabemos que las cosas no terminaran bien. . .