𖥻 𝙖𝙜𝙖𝙞𝙣 : ▬▭ ❝ Jungkook y Taehyung fueron almas gemelas pero se vieron obligados a separarse, pero que pasaría si sus hijos están viviendo lo mismo que ellos, ¿termiran igual? ❞
𖥻 𝗰𝗼𝗻𝘁𝗶𝗲𝗻𝗲: romance, escenas subidas de tono, toque de...
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THE TRUE END
Taehyung abrió lentamente sus hermosos y delicados ojos, sorprendiéndose de inmediato ya que había una iluminación bastante fuerte que cegaba su vista, él no recordaba nada, ni siquiera que se llamaba Kim Taehyung.
Cuando su vista se aclaró, vio que se encontraba en una habitación de color café, Tae no entendía el por qué estaba ahi, tampoco tenía memoria de lo que había vivido. En eso se levantó de susto de la cama cuando sintió dos pesados felinos en su abdomen plano, uno de color negro y el otro blanco con manchas plomas con naranja. ¿No debería estar muerto?
— Al fin despertaste, osito— Reconoció aquella cálida voz que tanto escuchaba de niño antes de dormir. — ¿Te encuentras bien, cariño?
Taehyung elevo su mirada y vio a la castaña oscura, la que fue su verdadero motor de pequeño, que lo amaba como si fuera su hijo, Yerin estaba en casa, para nunca más huir.
Él lo único que hizo fue abrazarla fuertemente, dentro de ello, comenzó a brotar pequeñas lágrimas de color cristal, mientras que su hermana lo consolaba tiernamente.
—Ya estamos juntos, mi pequeño— Le dio un delicado beso en su cabellera. —Pareces un oso de invierno, ahora dormirás tan feliz y te daré las buenas noches cuando se acueste el sol, ya regrese a casa, mi niño.
Taehyung no tenía palabras para explicar los sentimientos revotados por reencontrarse con su hermana, pero se le daba por extraño que al abrazarla, no poder escuchar sus delicados latidos de su corazón, también sentirla tan fría, pero eso era lo de menos, estaba junto con su hermana, Kim Yerin, la hermana más cariñosa de aquel mundo.
El momento era tan magnifico para él, pero fue interrumpida por dos toquidos en la puerta. Cuando volteo al ver de quien provenía, no dudo dos segundos en abalanzarse encima de aquel azabache, abrazarle tan fuerte y seguir llorando en aquellos cálidos brazos, el que le había dado tanta paz después de pasar año tras año del maltrato de su padre, donde fue su hombro para apoyarse y donde se sentía como en casa, Jeon Jungkook estaba ahí, con un brillo especial en sus ojos.
La vida los trataba de separar pero de alguna manera u otra, seguían juntos aunque aquel hilo dorado que conectaba sus corazones fueron cortados forzadamente, en este mundo donde ya podrían descansar en paz, se sentirían más protegidos que nunca y nadie podrá destruir aquel amor juvenil, el más puro de sus almas, el que ahora ya pueden vivir en paz.
—Oh mi Taehyunie, perdón por haberte roto el corazón esa noche— Hablo delicadamente Kook mientras le daba besos en sus mejillas rosadas. —Perdón por haberme ido antes, sé que te prometí quedarme contigo hasta el final, pero sé que ahora que estás conmigo; mi cielo, ya nada y nadie nos separara.
Después de aquellas tiernas palabras, Taehyung y Jungkook cerraron ese amor de 1995, ahora en Venecia, en la pequeña casa que siempre desearon, con sus hijos gatunos llamados Jay el de pelaje negro y Jungwon el de tricolor, terminaron de proteger ese lugar llamado hogar con un suave pero delicado beso, un beso que ahora sería eterno para ambos.
