ii. El deseo de Kaz.

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Ketterdam.

KAZ BUSCABA INFORMACIÓN de personas en Ketterdam acerca de cómo cruzar la sombra, estaba dispuesto a hacer lo que sea necesario con tal de conseguir el millón de Kruge. En cuanto a Morgana ella no deseaba nada más que estar en su habitación durmiendo.

Pasaron casi toda la noche buscando personas y preguntando el los lugares más inesperados solo por un poco de información.

— ¿Cómo cruzaremos a salvó la sombra?.

— ¿La sombra?. Si conociera un camino seguro, sería más rica que todo el consejo de mercaderes.

— Me dijiste que trajiste chicas de Os Alta del otro lado - menciono Inej.

— Si y fue difícil, perdí a unas cuantas por esos malditos volcra.

La siguiente parada era un callejón oscuro, una tenue luz amarilla apenas y alumbraba el lugar. Morgana sentía sus pies doler, solo quería llegar a casa y abrazar su almohada aunque fuera por unas pocas horas.

— No, no hay ningún truco solo, ¿Cómo hacen que la gente desaparezca de vez en cuando?.

— Oí que sabes hacer un camino ahí - respondió Kaz.

— Quería unos Kruge de un turista fue una mentira. La sombra mantiene bajo control a esos Ravkanos y a sus guardianes grisha. ¿Te imaginas cómo sería si no estuviera ahí?.

Después de eso se dirigieron hacia un local de peleas callejeras, Morgana esperaba que las personas ahí supieran algo por lo más pequeño que fuera.

— Rodeala.

— Se extiende hasta el norte hasta la frontera Fjerdana — respondió Kaz.

— ¿Si?, Pues ve por Fjerda por el permafrost.

— ¿Cuánto tardaríamos? — cuestionó está vez Morgana con un tono de fastidio.

— ¿Desde aquí? Cuatro meses...tal vez cinco.

— No tenemos ese tiempo — menciono Brekker.

— O te tomas tu tiempo o corres el riesgo — el tipo se levantó mientras soltaba sus puños al aire, estaba apunto de irse a pelear.

Morgana sonrió fastidiada.

— Lo mato — murmuró, pero cuando comenzó a caminar hacia el tipo el bastón de Kaz se lo impidió.

— Vámonos.

De vuelta al club, todos se veían desanimados y molestos, unos hasta cansados. Morgana se encontraba en medio de Jesper y Kaz, su cabeza recostada sobre la mesa.

— Esto es lo que no entiendo — rompió el silencio, Jesper.

— Estaremos aquí toda la noche — Inej miro con burla a Jesper mientras jugaba con uno de sus cuchillos.

— Grosera — respondió el de tez morena mientras se reincorporaba en su lugar — ¿Y si van por abajo? Cavar un túnel.

— Lo intentaron hace más de un siglo, algo los oyó cavar — respondió Kaz.

                  𝐏𝐇𝐎𝐄𝐍𝐈𝐗 'Kaz BrekkerOù les histoires vivent. Découvrez maintenant