Moon Knight

STEVEN, MARC Y JAKE

Antes de comenzar, les advierto que éste capítulo tratara temas como la ansiedad, y la mayor parte de las cosas que suceden, están inspiradas en mi y en lo que me ayuda o hago cuando estoy en momentos así.

Personalmente padezco ansiedad de hace un buen tiempo, pero me la diagnosticaron oficialmente hace poco. Por lo que me basé en las cosas que me pasan a mi porque no todas las personas sienten lo mismo.

Para cualquier cosa, siempre saben que estoy aquí para ustedes. No nos conocemos en persona, pero a veces hablar con alguien que no conoces es bueno, así sabes que no te va a juzgar ni nada. Un abrazo para ustedes ❤️✨️
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Steven, Marc y Jake son los tipos de novios que si estás en medio de una crisis de ansiedad, la cual dura todo el día, o incluso más, se toman turnos para estar contigo y apoyarte en lo que necesites.
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[STEVEN]

–¿Querida te sientes cómoda? ¿Te gustaría que te traiga algo más? ¿Una taza de té quizás?–Te preguntó al verte dando vueltas en su habitación, a la vez que jugabas con tus manos y enterrabas tus uñas en la piel o pelliscandola fuerte, dejando marcas.

–Estoy bien, no te preocupes...–Le dijiste sin verle a los ojos, tampoco sin detenerte.

Algo dudoso, Steven se acercó a ti y tomó tus manos en las suyas para besarlas, y luego envolverlas alrededor de su cintura, a la vez que te abrazaba con fuerza y te apretaba ligeramente. Ya sin poder contenerte, dejaste que las lágrimas cayeran libres, sabiendo que estarías a salvo en los brazos de Steven.

–Estoy aquí para ti, querida...–Susurró en tu oído, sin soltarte.

[MARC]

Eran exactamente las 3:30am y aún no podías dormirte. Te dabas vuelta de un lado a otro en la cama, y tú estómago dolía, a la vez que sentías esa horrible sensación de cosquilleo, junto con el mareo y tú corazón acelerados que no ayudaban para nada.

Al volver a darte vuelta, dándole la espalda a Marc, éste te sintió y se acercó a ti para abrazarte, dejando su boca cerca de tu oído.

–¿Qué ocurre, linda?–Te preguntó con voz suave, acariciando tus brazos.

–Nada, solo no puedo dormir... lamento haberte despertado, de verdad no era mi intención...–Te apresuraste en decirle, aguantando las lágrimas de frustración que amenazaban con salir en cualquier momento.–Mejor vuelve a dormir...

–No puedo hacer eso si te estás sintiendo mal...–Te dijo dándote la vuelta para quedar cara a cara, y así limpiar con sus pulgares las pequeñas lágrimas que de habían escapado.–Sé que estás nerviosa y ansiosa por la charla que debes dar en el museo mañana... como también sé que cualquier cosa que te diga no va a funcionar para calmarte... pero puedo hacerte compañía. ¿Qué te parece si me hablas un poco de aquel libro que estabas leyendo?–Te preguntó con una sonrisa amistosa, atrayéndote hacia él para abrazarte y apretarte con fuerza, haciendo que poco a poco pudieras distraerte de lo que te estaba pasando.

Una hora después, ya te habías quedado dormida sin darte cuenta.

Marc besó tu cabeza, y se dispuso a dormir junto a ti, sin dejarte ir de su abrazo.

[JAKE]

Estabas encerrada en el baño dando vueltas frente a Jake, quien estaba apoyado en la encimera de los lavamanos, de brazos cruzados, simplemente viéndote y tratando de buscar alguna forma de ayudarte.

De los tres, a Jake era quien más se le dificultaba poder apoyarte cuando tenías tus crisis ansiosas, o estabas pasando por un ataque de ansiedad. O en el peor de los casos, un ataque de pánico.

–No quiero vomitar... no me gusta vomitar... me da miedo... no quiero vomitar, Jake... no quiero, no quiero, no quiero, no puedo... me da miedo, no quiero...–Repetías una y otra vez, pelliscando y enterrando tus uñas en tus manos.

–No va a vomitar, mi dama. Se lo aseguro...–Te dijo lo más suave posible, aunque acomplejado por no saber que hacer.

–Es que me duele el estómago... y cuando empiezo, así significa que voy a vomitar y no quiero. No quiero. No quiero. No quiero...–Comenzaste a hablar aún mucho más rápido, tu respiración agitándose y lágrimas formándose en tus ojos.

Jake pudo notar que cada vez empezabas a temblar aún más. Necesitaba hacer algo ahora, antes de que tuvieras que salir a dar la charla.

–Mi dama...–Se acercó a ti, poniendo ambas de sus manos en tus brazos, para luego estrellar sus labios con los tuyos.

Puso una mano en tú nuca, enredandola en tu cabello y profundizando más en el beso, mientras la otra se enrollaba en tu cintura y enterraba con cuidado la punta de sus dedos para ejercer presión y ayudarte tal vez a liberar algo de tensión. Cosa que aprendió observando a los otros dos cada vez que les pedías, o solo porque se les ocurría abrazarte con fuerza.

Enterraste tus uñas con fuerza en sus brazos, tu respiración poco a poco normalizandose, mientras Jake simplemente dejaba sus labios sobre los tuyos, pero aplicando fuerza.

Una vez se separaron, limpió las lágrimas de tus mejillas, y te ofreció una sincera sonrisa, tratando de ocultar su preocupación.

–¿Se siente mejor, mi dama?

–Sí...–Soltaste un suspiro, para luego abrazarlo con fuerza, y él devolviendote el gesto.