Ultrasonido - Fratt

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A finales del primer trimestre llegó la hora de hacer el primer ultrasonido. Tanto Matt como Frank morían de nervios, pues en sus mentes esto contaba como la primera vez en que conocerían a su bebé. No obstante, debajo de esa felicidad había un sentimiento que Frank no se podía quitar de encima.

Todas las personas con hijos que conocían describían su primer ultrasonido como un momento mágico y trascendental, pero, y esa era la parte que lo preocupaba, siempre mencionaban que el momento más fantástico era ver a ese pequeño frijolito en la pantalla del monitor. No sé lo había dicho a Matt ya que sabía perfectamente que el pelirrojo odiaba que la gente le tuviera lástima, pero no quería que él se perdiera de esa experiencia y tuviera que esperar hasta el nacimiento para conocer a su bebé, y por eso razón algo estaba empezando a maquinarse en la mente del más alto.

Por otro lado Matt no estaba para nada preocupado por ese aspecto, hace muchos años había hecho las pases con su discapacidad y ahora solo se dedicaba a disfrutar la vida de la forma en que él podía; así que lo que más anhelaba en ese momento era oír los latidos de su bebé.

El día de la cita llegó, y su emoción era perceptible desde la sala de espera.

Había otras parejas cerca, alguna igual de emocionadas que ellos y otros no tanto, a veces un embarazo no era tan deseado o planeado como el de ellos.

— Señores Castle— una enfermera los llamó.

Ambos hombres se levantaron y caminaron hacia la sala de ultrasonidos.

— Tome asiento en la silla y descubra su vientre. El doctor llegará en breve— explicó la enfermera señalando cada una de las instrucciones.

Ambos asintieron y la mujer dejo la habitación.

Frank guió al pelirrojo hacia la camilla, podía sentir un leve temblor en el cuerpo de Matt pero no hizo ningún comentario.

Para sus ansias el doctor no llego tanto tiempo después.

— Buenos días señores, ¿están listos para ver a su bebé?— preguntó el doctor, estaba haciendo las típicas preguntas de rutina.

— Como no tiene idea— respondió Matt.

— Muy bien, el gel puede estar un poco frío pero la sensación pasará— explicó el médico mientras realizaba sus actividades.

Frank sujetó la mano de su pareja con fuerza, cuando el doctor encendió el monitor. Y empezaba a buscar para encontrar una mejor imágen. El silencio aunque fue corto se sintió eterno, aún más para Matt que no sabía qué ocurría en la pantalla.

— Ahí lo tienen, un pequeño bebé creciendo sanamente— anunció el doctor y señalando el pequeño frijol oscuro, también la habitación se llenó de un golpeteo rítmico— tiene aproximadamente 13 semanas de embarazo, todo parece en orden. Y más que nada, el latido se escucha sano y fuerte.

Matthew intentaba poner atención a lo que el doctor decía pero estaba totalmente centrado en el latido que invadía toda su atención.

Frank por otro lado estaba adherido a la imagen, no podía creer que algo tan pequeño le causará emociones tan fuertes. Cuando se dió cuenta de que ninguno había dicho nada y el doctor esperaba una respuesta, despegó su mirada y centro la atención en el otro hombre. Matt estaba muy centrado en el latido y no quería separarlo de esa conexión así que asumió la responsabilidad de poner atención a todas las indicaciones.

— Imprimiré las imágenes, pueden pasar por ellas en la recepción. Aquí hay algunos pañuelos para limpiarse— le extendió el papel a Matt por instinto pero claramente el pelirrojo no lo notó, sin embargo Frank actuó rápido para evitar que todo se volviera incómodo.

El médico salió y en ese momento la pareja pudo tener su privacidad. Frank le dió el pañuelo para que se limpiará, ninguno decía nada ya que la conmoción era muy grande. El más grande notó algunos rastros de lágrimas en las mejillas de Matt pero no dijo nada, ya tendrían su tiempo en casa por ahora tenían que darse prisa para no quitarle el tiempo a las otras parejas en espera.

Hicieron una parada rápida en la recepción y con las imágenes listas decidieron ir a su casa. El camino fue silencioso pero de una forma tranquilizadora, como si ambos supieran los pensamientos del otro sin necesidad de hablar.

Cuando llegaron los dos se recostaron en el sofá, abrazándose de forma tranquila llenando el silencio solo con sus respiraciones.

— ¿Qué te dieron las enfermeras?— por fin preguntó el de gafas.

— Unas fotos y un vídeo. Lo enviaron a nuestros correos electrónicos— informó Frank.

— ¿Cómo eran las imágenes?— preguntó Matt, esa era una pregunta común entre ellos, como un ritual que les permitía tener una conexión especial.

— Era como estática y en medio de todo había un pequeño frijol— describió el pelinegro intentando aguantar la risa por lo tonto que sonaba.

— No te rías, quiero más detalles— Matt le dio un golpe amistoso y rió un poco.

Frank siguió dando los detalles e incluso comenzó a trazar la imagen en su piel.

En esos momentos se sentían tan unidos, y llenos de ilusión.

También planes se formaban en la mente de Frank, por este ultrasonido no pensaba hacerlo ya que la imagen no era lo suficientemente detallada. Pero ya lo había comentado con Jessica y tenían los planes de imprimir los siguentes ultrasonidos en 3D para que Matt los disfrutará igual que ellos.

No podía esperar para que el momento llegará.

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