Girls like singers ✔️ [Singers #1]

5. Google

En los medios ya se ha hecho más que oficial. El titular «Kyle Donovan tiene novia nueva y es de Georgia» llena las revistas y los encabezados de los programas. No sé cómo pero acaban dando con mi perfil de Instagram, y eso que no tiene escrito ni mi nombre. No soy muy activa en las redes, subo una foto de uvas a peras y procuro que no se me vea mucho la cara. Pero en unas pocas imágenes se me ve a la perfección y una de ellas es la que acompaña a las noticias. «Olivia Marie West, la nueva novia de Kyle Donovan». ¿Cómo habían descubierto mi segundo nombre? Ni puñetera idea. Pero salía por todas partes.

—¿Te llamas Olivia Marie?

Acababa de llegar a clase, no me dio tiempo ni a dejar la mochila sobre la mesa cuando la pregunta de Ella me llegó de sopetón.

—¿Sí? —contesté desconcertada.

Y sí, no fue la única que me lo preguntó. El lunes por la mañana mi nombre estaba en boca de todos, hasta en el de los profesores. Muchos compañeros preguntaban de forma educada, otros prácticamente me acusaban de aprovecharme del éxito de Kyle para hacerme conocida.

—En nada estará subiendo fotos de ropa a su Instagram y en unos meses estará trabajando como modelo —dijo Mandy otro día—. Esa historia la hemos visto ya demasiadas veces, Olivia solo va a aprovecharse como han hecho miles de chicas antes que ella.

Y lo peor de todo era que conforme pasaban los días no carecía de importancia. Era la novia de Kyle Donovan y después de una semana siendo oficial me salieron amigos hasta debajo de las piedras. De pronto, Katie y Ella iban con Megan y conmigo allá adonde fuéramos. Se sentaban con nosotras en el comedor y charlaban a nuestro lado por los pasillos. Así que el día que lográbamos escaparnos de sus garras era un milagro. Y hoy, por suerte, es uno de esos.

Megan tira de mi brazo tan fuerte que estoy a punto de caer de bruces. Hoy hemos tenido otro examen de matemáticas. Ya que he llegado a la clase quince minutos antes de que empezara, cuento con que la señora Sullivan no me baje más nota por llegar tarde. Mientras salimos por el jardín, doy un rápido vistazo al exterior del recinto por si hay periodistas cerca. Gracias a Dios, está vacío. Julian se ocupó de eso. Por suerte, ser menor de edad tiene algunas ventajas. Mientras caminamos con tranquilidad hacia nuestra casa, vamos hablando de nuestras cosas como solíamos hacer antes de que Kyle aterrizara en mi vida.

—¿Y cómo está tu madre? —me pregunta Megan—. ¿Ha vuelto a quedar con Henry?

Niego con la cabeza y Megan chasquea la lengua en un gesto que describe a la perfección lo cerca que ha estado mi madre de tener una cita después de más de una década.

—El otro día tuvo su último turno en el hospital. Se muda a Chicago con su novia.

—¿De dónde ha salido la novia? ¿De la tierra como si fuera una coliflor? —exclama alucinando.

—Del mes y pico que Henry llevaba pidiéndole salir a mi madre y ella le daba largas. De ahí ha salido la novia.

—Capullo —murmura Meg.