Respiro hondo antes de bajar del coche. El aeropuerto está vacío, el viento hace que me encoja y me lamente por haber guardado mi chaqueta de pana dentro de la maleta. Megan, por el contrario, lleva puesto un abrigo naranja que actuaría como cono de tráfico en caso de avería a la perfección.
—Megan, tan reluciente como siempre —la saluda Kyle mirando su abrigo de reojo.
—Reluciente es mi segundo apellido —contesta ella con una sonrisa.
Julian se asoma por las escaleras del avión y arruga la frente cuando solo nos ve a nosotras. Lleva puesto un chaleco azul marino, guantes, gorro y bufanda. Me pregunto si soy la única idiota que tiene la chaqueta en la maleta.
—¿Nos vamos a Alaska, Julian? —bromeo intentando aguantarme la risa.
—Ríete todo lo que quieras, Olivia, pero la que va a acabar con una pulmonía eres tú, señorita camisas de franela.
—¿Tú también con eso? ¿Qué problema tiene mi ropa?
—Ninguno, Paul Bunyan —dice Kyle acercándose hasta mí.
Se quita su chaqueta y me la pone sobre los hombros. Antes de alejarse, me da un beso en la mejilla, demasiado cerca de la comisura de los labios como para considerarlo inocente. Cuando se separa, su aroma y el recuerdo del roce de su piel contra la mía me deja prácticamente sin neuronas. Megan, que no nos pierde detalle, aprieta los labios para no sonreír como una tonta.
—Llegamos tarde, ¿cuánto le queda a tu hermano? —murmura Julian impaciente.
—No mucho —contesta Kyle mirando el móvil—. O eso me ha dicho hace treinta minutos...
Frank, quien ha estado fumando en silencio detrás de nosotros, tira la colilla al suelo y mira a Kyle con paternalismo antes de ponerle la mano en el hombro.
—Tu hermano tan puntual como siempre, ¿eh? —comenta divertido. Sube las escaleras y saluda a Julian dándole una palmada en la espalda—. Julian, siempre es un placer atravesar el atlántico contigo.
—Holden, no muerdas la mano que te da de comer.
—Por eso me meto contigo y no con los chicos —bromea.
Justo a tiempo, un Chevrolet Camaro del 69, de color azul con dos franjas blancas en el capó, aparece por el aeropuerto haciendo una entrada de película. El motor del coche se apaga y del asiento del conductor sale James Donovan con una chaqueta de cuero negra y unos pantalones vaqueros gastados. A mi lado, Megan se ha quedado sin habla con la boca abierta de par en par. De los dos asientos de atrás salen Cole y Dallas discutiendo, como siempre. Me aguanto la risa.
—¡Cenicienta! —exclama Cole dándome un abrazo que me levanta del suelo.
—Liv —me saluda Dallas chocándome los cinco animadamente.
ČTEŠ
Girls like singers ✔️ [Singers #1]
TeenfikceKyle Donovan necesita darle un lavado de cara a su imagen pública, y para ello a su mánager se le ocurre una idea descabellada. Tener una relación amorosa con una chica que consiga cambiar la opinión de la prensa. Olivia West es la elegida. Necesita...