"Sí hubiera una forma de volver al pasado, no dudaría en usarla parar poder evitar que te olvidé..."
⚠️ I M P O R T A N T E ⚠️
• Sólo se describen a los cubitos, no los stremers.
"Cada anochecer escribo una nueva carta que no van a ningún lado, porque no sé a quién enviárselas...
Sí tan solo pudiese saber a quién le escribo todo esto..."
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Quackity se encontraba corriendo por su vida a través de las cuevas, viendo constantemente hacía atrás, tratando de esquivar al gran bloque viscoso que le dejo sin espada y que incluso se había dividido en más cómo él.
-¡Luzuuuuu!, ¡Luzu ayúdame!, ¡Luzu!-, grita desesperado cuándo se encontró con el castaño que corría en dirección opuesta, siendo seguido de Illojuan.
-¡Quackity agáchate!-, grita el mayor de inmediato cuándo es capaz de ver al chico, para después sacar su arco y sin dejar de correr soltar una flecha que logró alejar al slime del menor.
El chico, obviamente, le hizo caso al de ojos rubíes y sé había inclinado para que la flecha no le lastimara, pero, cómo era de esperarse, el chico se tropezó y terminó en el suelo, preocupando enseguida a los dos mayores.
Luzu no tuvo de otra que seguir de largo contra los slimes sí quería que todos estuvieran a salvo. Por otra parte Juan enseguida se agachó para ayudar al menor, que se había golpeado la cabeza terriblemente y ahora un pequeño hilo de sangre proveniente de la frente, recorría su lado izquierdo del rostro, atravesando desdé el ojo hasta el labio.
-¡Mierda!, ¡¿Estás bien?!-, pregunta desesperado el de barba, tomándolo de un costado para que pudiera levantarse.
Quackity a penas era consciente de lo que sucedía, el golpe lo dejó confundido, hasta el punto de que cuando levantó la mirada y vio justo enfrente suyo, no vio a Luzu lanzando una criatura viscosa, que casi le mata, a un lago de lava.
No.
El vio a un hombre de traje púrpura, atravesar el pecho de un amable chico de cuerpo hecho de slime, con una espada filosa, para después empujarlo desde un puente a la lava con una patada, cómo si fuera un ser insignificante.
-¡No purpled! ¡No!-, gritó desesperado Quackity, intentando safarce del agarré del mayor.
Illojuan frunce el ceño y no duda abrazarlo del torso a su vez que afirmaba sus pies en el suelo. -¿¡Pero qué le ha pasao'?! ¿¡Se ha vuelto loco?!-, se pregunta así mismo inconscientemente, llamando así la atención del castaño, que luego de asegurarse que la criatura no escaparía de la lava y ahí mismo se moriría, no dudó en correr a dónde se encontraban los otros dos.
Luzu dejó caer el arco al suelo para poder tomar con ambas manos el rostro de Quackity para que le pudiera ver.
El menor tenía los ojos perdidos, oscuros y sin vida. No podía dejar de gritar y forcejear.
