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Ha sido un largo y bochornoso día producto del videíto, por eso, desde que Johan ingresa al departamento se despoja de cada cosa ligada al empleo y con premura opta por una lata helada de cerveza. Sonríe brevemente al ver el horario de citas escrito por el argentino en la puerta del refri.
Se deja caer sobre el mullido sofá luego de encender el reproductor, el pequeño Neko sube a sus piernas y luego de un diminuto maullido obtiene una caricia. Pasea la vista por las fotografías del matrimonio sobre la mesilla de centro y vuelve a sonreír con la imagen donde su pareja le embarra pastel en la cara.
Cierra los ojos, relajándose entre tragos y la emoción se remarca en su rostro cuando escucha la dedicatoria en la radio.
Robert descubrió una emisora local que acepta pedidos por WhatsApp y antes de la habitual conexión vespertina, suele dedicar una canción a su amado Rulo, la elección del día es Kilómetros de Sin bandera. Johan se deleita con la melodía hasta que una notificación ingresa en la laptop y los últimos vestigios de rabia, frustración o cualquier otro sentimiento negativo producido por el viralito, se disipan, reemplazados con una risa que sube en decibeles al ver a su pareja simular cantar, hacer poses y gestos exagerados, usando un cepillo como micrófono.
—Rulo, oíme: todo es perfecto cuando te siento tan cerca, aunque estés tan lejos…
******* Esto es todo, mis dulces corazones multicolor 💛💚💙💜💖, espero hayan disfrutado esta pequeña historia, si es así díganlo con confianza que yo no muerdo😆 Los quiero mucho y nos vemos después 💖
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