CAPÍTULO 8

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Era muy temprano cuando la alarma del teléfono de Taiju comenzó a sonar, despertando al momento al antes mencionado.

Cómo era normal se levantó y fue directo al baño para asearse. Cuando terminó se puso frente al armario, se iba a poner el uniforme de su pandilla, pero pensó que sería menos descarado ir con ropa casual al hospital. Al final optó por una camiseta de manga corta negra, unos pantalones banqueros y unas zapatillas.

Agarró dinero suficiente para que, tras dejar la ofrenda en la iglesia, le sobrará para comprar un bonito ramo de flores.

Su primera parada fue la iglesia, rezo para que despertarás pronto, dejó la ofrenda y tras confesarse se marcho.

De camino al hospital paro en una bonita floristería, donde, por el escaparate, había visto unas margaritas perfectas.

Florista ¬ Buenos días, ¿que desea? - dijo un sonriente anciano.

Taiju ¬ Un ramo de las mejores margaritas que tenga - dijo haciendo una pequeña reverencia el señor.

Florista ¬ Perfecto, espere aquí un segundo, ahora mismo se las traigo - dijo y se fue por una pequeña puerta y como prometió no tardo mucho en volver - Aquí tiene, las mejores de toda la tienda

Taiju ¬ Gracias - dijo mientras agarraba las flores

Florista ¬ Espero que le gusten a la chica - dijo aquel anciano sorprendiendo a Taiju.

Taiju ¬ ¿Como saben que son para una chica?

Florista ¬ Llevo vendiendo flores desde hace 50 años y he aprendido a distinguir cuando alguien viene a por flores para su amada - explicó amablemente el hombre - Le deseo suerte, seguro que le gustarán.

Taiju ¬ Si, gracias - se marcho corriendo tras pagar, ya que un pequeño sonrojo estaba empezando a aparecer - "Espero que despierte y poder darle la razón anciano" - pensó.

Llegó al hospital, al saber perfectamente la planta y habitación no tuvo que preguntar en recepción, pero si tuvo que tener cuidado de no encontrarse con nadie que pudiera descubrirlo allí.

Subió en el ascensor, busco la habitación, se aseguró que no había nadie dentro y sin más entró.

Se quedó helado al verte postrada en aquella cama, con multitud de máquinas conectadas a tu cuerpo.

Poco a poco se fue acercando a la cama, sin apenas respirar y andando despacio como si el mínimo ruido te pudiera molestar.

Taiju ¬ Hola - dijo y se quedó callado, con la esperanza de que le contestaras - Me entere de lo que te pasó, en algún momento te contaré como - sonrió - Te he traído unas flores, son unas margaritas, las vi en tu vestido el día que nos conocimos y en tu casa también las vi en un jarrón, así que supuse que eran tus favoritas. Esperaba que hubiera un jarrón o algún lugar donde ponerlas en agua - dijo mientras miraba por toda la habitación - Las dejaré encima de esta mesa, mañana te compraré uno y te lo traeré.

Se quedó callado durante un buen rato mientras te miraba, tu rostro tan relajado le resultaba tierno a la vez que le aterraba, le daba miedo pensar que tendría que verte el resto de su vida en aquel estado.

El alto decidió, después de pensarlo varias veces, agarrar tu mano, que estaba inerte encima de la sabana blanca. Le resultó tierno ver lo pequeña que parecía tu mano en comparación con la suya.

Taiju ¬ Tienes que despertar T/N, eres la mujer perfecta para mí, lo sé - suspiro mientras apretaba el agarre de su mano - Y si lo haces podré demostrarte que soy el hombre perfecto para ti, pero no puedes quedarte así, dame una oportunidad. Se que eres alguien fuerte, no todos pasan por lo que tu y deciden seguir sonriendole a la vida, hacer como si no pasara nada, proteger a sus seres queridos... - se quedó callado al notar que subió demasiado el volumen de su voz - Sin darte cuenta, incluso yo no era consciente, me estas cambiando, he sentido y pensado cosas que nunca creí que pudiera pasar, he dejado de hacer cosas que resultaban normales para mi, he empezado a pensar que realmente todo este tiempo he sido un pésimo hermano - dijo triste mientras miraba al suelo y empezaba a soltar tu mano - Incluso creo que soy un ingenuo al pensar que te quedarás a mí lado cuando descubras como soy realmente y tengo miedo de que pase eso, pero eres mi esperanza y no la quiero perder.

La esperanza de los Shiba [Taiju Shiba x Lectora] Vol. 1Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz