Prólogo.

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ALBERT EINSTEIN UNA VEZ DIJO QUE EL TIEMPO ES RELATIVO, muchos no lo entienden pero hay mucha verdad en sus palabras.

Me llamo Seren Júpiter Salazar, tengo 27 años y se podría decir que toda mi vida fue un infierno hasta mis quince años, cuando todo cambio y conocí a mi salvadora.

Ahora doce años más tarde puedo decir que el resto de mi adolescencia no fue tan mala, aprendí muchas cosas en las que muy pocas personas tenían la capacidad de llevar a cabo y puedo decir que realmente estoy orgullosa de mis logros.

Él problema es que muy seguido me pongo a pensar que mi vida es muy insípida y aburrida, además últimamente me he sentido fuera de lugar, que no pertenezco aqui y me es difícil no sentirme mal por eso.

── ¡Seren! ──exclamó Marissa Anastacio, mi mejor amiga mientras dejaba caer el libro sobre la mesa de forma ruidosa y causando que diera un pequeño brinco en mi asiento al ser sacada de mis pensamientos de esa forma tan brusca.

── Sorry princess ──dije apenada por haberme perdido en mis pensamientos, fruncí el ceño ante eso, últimamente me sucedía a menudo

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── Sorry princess ──dije apenada por haberme perdido en mis pensamientos, fruncí el ceño ante eso, últimamente me sucedía a menudo. Negué varias veces despejando eso de su mente── ¿Qué me decías? ──pregunté tomando mi taza de café y mostrando una leve sonrisa a pesar de que está no llegara a mis ojos.

── Te preguntaba si ¿Vas a ir a concierto? Recuerda que lo hemos estado esperando por mucho tiempo ──mencionó Marissa con emoción, causándome ternura

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── Te preguntaba si ¿Vas a ir a concierto? Recuerda que lo hemos estado esperando por mucho tiempo ──mencionó Marissa con emoción, causándome ternura.

Ella tenía razón, una boy band de nombre CNCO, eran chicos de distintas nacionalidades latinas, cuyos temas musicales en muchas ocasiones me sacaron una sonrisa y me hicieron olvidar el como me he sentido últimamente.

Tengo años de desear poder asistir a uno de sus conciertos y poder conocerlos además de agradecerles por sacarme una sonrisa o hacerme sentir mejor conmigo misma.

── Claro que iré ──declaré segura porque era un hecho que iría a verlos, ya tenía las entradas, especialmente VIP para poder entrar a camerinos con ellos y poder decirles todo lo que sus canciones me hicieron sentir, desear y anhelar. Sip, definitivamente iría.



Nuestras risas eran las únicas que se podían escuchar en las desiertas calles de California, puesto que no había ni un alma, eran las dos de la mañana y nosotras aún no podíamos creer que habíamos conocido a nuestra boy band favorita.

── ¿Te lo puedes creer? ──soltó Marissa con la voz muy aguda debido a la emoción que aún estaba presente.

── Aún creo que es un sueño ──confesé en igual estado.

Seguimos caminando en silencio aunque una que otra vez se nos escapaba una risa risueña pero el claxon y el rechino de los neumáticos de un auto nos sacó de nuestra ensañazon, lo único que hice fue empujar a Marissa lejos de mi, los faros del auto viniendo hacia mi a alta velocidad fue lo último que ví antes de sentir como todo en mi cuerpo se rompía además de sentir que volaba por el aire antes de escuchar un ruido sordo y luego el dolor.

Mis sentidos estaban embotados, todo se oía distante y cuando se comenzó a aclarar pude animarme a abrir los ojos y ver el rostro cubierto de lágrimas de Marissa, podía ver qué hablaba por teléfono.

Cerré los ojos pues estaba cansada pero al abrirlos de nuevo, ella ya no estaba. Podía escuchar el traqueteo distante de algo y muy lentamente gire mi cabeza hacia la dirección y pude ver qué el auto estaba en llamas y que Marissa sacaba a alguien de este, arrastrándolo un poco más lejos de donde me encontraba.

Algo húmedo me hizo girar mi rostro, centrando mi mirada en la inmensa oscuridad del cielo nocturno, dicha vista fue tapada por el rostro cubierto de lágrimas de Marissa.

── Ya llamé a la ambulancia, llegarán pronto ──su voz se quebró impidiéndole continuar── Por favor, resiste ──pude notar el tono de súplica en su voz.

── Todo esta bien ──logré decir pero mi voz era demasiado débil, no siquiera estaba segura de que me oía pero quería confortarla── Nada de esto es tu culpa, sabes cómo soy ──dije cerrando mis ojos pues me pesaban── Solo vive tu día a día como si fuera el último, vive tu vida sin límites, no dejes que nada te detenga y si caes, vuelve a levantarte ──aconsejé, me sentía como si estuviera flotando y por primera vez en mi vida, todo el peso que sentía sobre mis hombros, ya no estaba── Dile a la tía Mel que la quiero mucho ──pedí y pude oírla llorar── Te quiero Princcipezza* nunca lo olvides ──solté y luego todo fue paz, nisiquiera me estorbaba la lluvia que caía.

Este sentimiento me era conocido pues muy a mi pesar ya había atentado contra mi vida una vez y así se sentía pero creo que esto es diferente pues no creo que está vez logre salvarme pero al menos sé que Marissa está bien y que mi tía Melissa también, no me gusta dejarlas solas y mucho menos saber que llorarán pero lo superarán con el tiempo pues Einstein ya lo dijo una vez, El tiempo es relativo. 

¡¡ℜ𝔢-𝔢𝔫𝔠𝔞𝔯𝔫𝔢 𝔢𝔫 𝔢𝔩 𝔪𝔲𝔫𝔡𝔬 𝔡𝔢 ℌ𝔞𝔯𝔯𝔶 𝔓𝔬𝔱𝔱𝔢𝔯!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora