Sieben

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Satoru regresó a casa, lo primero que encontró fue a un montón de hechiceros mirándolo fijamente, apreciando la sangre recorrer su cuerpo.

Antes de aquel incidente se encontraría molesto, pero ahora, solo quería sujetar a Yuuji y dormir por al menos dos días.

-Yuuji, tu padre llegó-La voz de alguna sirvienta resonó en la casa, se escuchó un pequeño silencio para morir con los pequeños pasos de algún niño.

-¡Papi!-La voz de Yuuji demostró la emoción que sentía, estiró sus pequeños brazos y sujeto a Satoru por la pierna-No te vuelvas a ir-El cachorro restregó su mejilla, soltando un poco de su aroma (que un era lechoso, cortesía de Suguru) esperando que su padre lo reconfortara de la misma manera.

-No lo haré-El alfa se colocó en cuclilla quedando a la altura del niño-Solo si me saludas como te enseñe-

Las manos del pequeño sujetaron las mejillas de Satoru, y lentamente acercó su rostro al contrario, uniendo sus labios con los del alfa. El toque fue inocente solo transmite amor por parte ambos, pero el amor era diferente para cada uno.

-¿Y tu madre?-Pregunto Gojo solo un momento después de perder la calidez de sus labios.

-Salió con abuelos-El niño levantó la vista, ya que su padre había vuelto a ponerse de pie.

-Es mejor para nosotros-Satoru levantó al cachorro para colocarlo cerca de su pecho- Así tu madre no dormirá en la misma cama que nosotros- Yuuji dejo un pequeño beso en la nariz de Satoru, para después mostrarle una sonrisa que podría opacar al sol.

Al llegar a la habitación Satoru colocó lentamente el cuerpo de Yuuji sobre la superficie suave de la cama, espero a que el cachorro se acomoda para poder dormir, y solo hasta ese momento se recostó, el niño está dormido sobre el brazo de Gojo, y el alfa protegía el pequeño cuerpo con el propio y escondiendo su rostro en el estrecho cuello de Yuuji.

-¡Madre!-Ambas niñas chillaron con espanto al ver a su familiar cubierto de sangre, corrieron hasta él, y pudieron estar mas tranquilas, ya que el aroma a hierro no provenía directamente del omega, solo se podía percibir en su ropa y algunas partes de su rostro y manos.

-Hola hermosas- Suguru mostró una sonrisa maternal para las niñas, les acaricio un poco el cabello a ambas y continuó con su camino.-¿Su padre ya regreso?-

-Si aunque se encerró en su habitación junto a Yu-chan-Nanako hablo aun preocupada por su madre.

-Está bien, dejémoslo.-El omega giro para ver a sus hijas. Y sonriendo continuo-De cualquier forma Yuuji ir pronto con sus abuelos -

El ambiente comenzó a sentirse pesado gracias a las feromonas de Suguru, las niñas no podían reconocer el sentimiento que transmitía "¿Era odio? ¿Miedo? ¿Alegría?" no lo sabían y de alguna manera logró asustarlas aún más y mantenerlas en silencio.

-Pero no esten triste, su padre traerá un nuevo hermano de la misma edad de Yuji- Suguru abrazo a las pequeñas, soltando feromonas para tranquilizar a sus nuevos y únicos amores que necesitaba.

"Tal vez la adoración hacia Yuji había terminado"

Los días continuaron, y con ellos llegó un nuevo integrante a la familia. Un pequeño niño de la misma edad que Yuji, de cabello negro y una actitud mas fria que la del pequeño amor de Satoru.

El alfa esperaba que su pequeña adoración pudiera llevarse bien con el cachorro de Toji. Aunque nunca pidio que se llevaran tan bien.

Cuando la puerta dejó pasar la luz exterior, Satoru y Megumi pudieron visualizar el interior de la mansión y un pequeño sol corriendo directamente hacia megumi, el cachorro de Satoru abrazo con intensidad al pelinegro y le sonreí, recibiendo el mismo afecto por parte de Megumi.

-Desde ahora eres parte de mi familia-Y la fuerza en el abrazo aumento, Megumi colocó su mejilla junto a la de Yuji, y soltó un poco de su aroma, haciendo feliz al pequeño de cabello rosa, y molestando a Satoru en el proceso.

-Yuji-La fuerte voz de su padre resonó en su habitación, no era un regaño, el cachorro lo sabía, su alfa nunca lo había hecho, pero la voz juguetona con la que siempre le hablaba no se encontraba-No puedes dejar alguien te bañe en su aroma-

Satoru se encontraba con el pequeño entre sus piernas, envolviendo lo más que podía el cuerpo de Yuji con sus brazos.

-Pero siempre tengo tu olor- El pequeño se encogió bajo el peso de su padre.-Mis hermanas siempre dicen que mi aroma es té de Durazno, y ese es tu aroma-

-Si pero segun la ley del clan Gojo todos deben de tener el aroma de su alfa-Satoru soltó, paseando sus manos por el estómago del cachorro- Es mi deber el protegerlos-

-Pero soy el único que huele a Durazno-Yuji chillo al sentir cosquillas sobre su torso y abdomen-

-Eso es porque eres el más importante del clan- El alfa dejo un pequeño beso sobre el cuello del menor-

-No es cierto- El pequeño giro su cuerpo y quedó frente a frente a Satoru -Mamá es el más importante-

Satoru abrazo con toda su fuerza a Yuji, buscando que el calor del cachorro pudiera llegar a él-No Yuji, tu mamá no es más importante que tu-

Para celebrar la primera semana de Megumi en la familia, Yuji y su hermano se encontraban en una pequeña fiesta con comida imaginaria que ambos disfrutaban.

El aroma de su madre llegó a la nariz de Yuji, haciéndolo ronronear al sentir el gentil aroma a leche,el cachorro corrió feliz hacia su progenitor abrazando su pierna, regresó su vista a donde había dejado a su hermano, lo vio parado temblando un poco con la mirada puesta en un algo que él no veía.

-Mamá, Megumi-Yuji estiró un poco su mano, esperando que solo con eso pudiera tocar a Megumi y salvarlo de aquello que no percibía.

-Megumi está bien-Suguru colocó su mano sobre el cabello de su hijo, acariciando un poco-Pero creo que tienes que ir con tus abuelos-

El odio que el alfa sentía afectaba a todos los habitantes en el territorio del clan Gojo, y los gritos podían alterar a cualquiera, incluso a los adultos.

-¡Satoru por fin te entiendo, los fuertes tenemos que proteger a los débiles de su propia debilidad, nosotros somos hechiceros porque los monos no pueden controlar su energía!- Grito Suguru contra su pareja, lo sujetó por los hombros obligando que sus ojos se encontraran-Esto es lo que queremos- Su voz se hizo suave, sus manos viajaron a las mejillas de Satoru con sus pulgares acariciando suavemente la zona.

-Pero Yuji no a vivido- Lagrimas bajaron por todo su rostro, mojando los pulgares del Omega-Lo amo- Satoru soltaba pequeños gemidos, lo que le impedía hablar-Por favor Suguru no me lo quites- Los ojos azules se encontraban húmedos, respirar el aroma del alfa era doloroso.

-No quiero que mi hijo viva en un mundo en el que no puede protegerse-Suguru suspiro-Pero tampoco puedo negarte algo. Asi que escucha Satoru, esconde a Yuji en un lugar donde no pueda encontrarlo, si lo hago, ya sabes cual es su final-El omega junto sus labios a los del alfa, recorrió el labio inferior del contrario con su lengua suplicando lo dejara entrar.




Siempre he pensado que Suguru es un villano excelente, entiendo su ideal de terminar con los "monos", ademas es solo un villano porque estamos viendolo desde la perspectiva moral de los heroes, pero el como persona puedo decir que es mejor que Satoru, Suguru se preocupa por los que quiere como lo son sus hijas, y de hecho en gran parte ellas son las que cambian por completo a Suguru, por ellas comprende que que el mundo es ignorante y es un peligro para ellos.

¡Papi!Where stories live. Discover now