Zenh

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-Satoru- El Omega sujeto el brazo de su marido, eliminando cualquier espacio entre ellos, mostraba una sonrisa y su olor expresaba que se encontraba feliz de tener a su pareja con él.

-Hola amor- Satoru depósito un cálido beso en la frente contraria, reafirmando el agarre de su pareja-¿Y los niños?-

-Las princesas se encuentran en el patio jugando como siempre-El Omega masajeaba la palma de su alfa, bajo la mira un momento y continúo-Y Megumi se encuentra triste, su mascota desapareció en la semana que te fuiste-

La habitación fría en la que dormía, alguna vez fue cálida, cuando escucha la risa del niño olor a durazno, o cuando dormían abrazados transmitiendo calor al contrario.

Pero ya no estaba, igual que muchas otras personas que estaba empezando a considerar parte de su familia. Desaparecieron después de una orden del consorte de su padre, el territorio de Gojo emanó un olor a hierro una semana completa, y la frialdad que sentía en su habitación, se percibía en toda la mansió.

Lloro desconsoladamente, Nanako y Mimiko lo abrazaron por horas, hasta que finalmente se quedó dormido. A la mañana siguiente le explicaron que todo esto tenía una razón, que Suguru había hecho lo que tenía que hacer para proteger a sus hijos.

Pero eso no era cierto, si el Omega lo hacía para proteger a sus hijos ¿Por qué al primero que eliminó fue al fruto de su sangre? 

-Cariño- Miro hacia arriba, observando esos ojos negros que brillanban de puro amor hacia sus cachorros-Sientes miedo al mirar a esas criaturas- El Omega lo abrazo, sujetando su cabeza cerca de sus pecho- Esas criaturas son producto del miedo de personas como Yuuji, ellos son culpables de tu miedo- Lágrimas cayeron por sus mejillas, mojando la vestimenta de su madre.

-Yuuji no puede ser malo- Sollozo abrazando el cuerpo cálido, cuerpo que lo protegía siempre que sentía miedo, siempre que se sentía sólo, siempre que creía que su familia era una farsa.

Despertó llorando, gracias al recuerdo de su última semana, olfateo el aroma que entraba por su puerta.

-Durazno- Abrió ligeramente su boca, percibiendo de mejor manera el aroma dulce.-Solo es durazno- Soltó decepcionado.

-Si solo soy yo- El líder del clan entro a sus habitación, sentándose en la orilla de su cama, con la mirada baja-¿Lo extrañas?-

-Siento frío sin el- Aún sin levantarse de la cama hablo, arropandose con la cobija

-Tienes que olvidarlo-Hablo el alfa con voz tranquila, tranquilidad impropia de su padre.

-Lo olvidare- Por fin se había sentado y mirando directamente a los ojos azules frente a el- En unos 3 años el solo será un leve recuerdo, después de 5 años no sere capaz ni de recordar su rostro, después de ello jamás sabré quien fué- Un silencio se apoderó del ambiente-Pero usted nunca podrá hacerlo- Se acostó rápidamente y cubrió todo su cuerpo con la cobija.

-Si- Sintió las manos del alfa sobre su cuerpo acariciando de una forma cálida y paternal.-Nunca podré olvidarlo- La cama se movió tras desaparecer el peso de Satoru, escucho un silencio y la puerta moverse- Pero por favor, convencete desde este momento de que siempre hemos hizo solo nosotros- La puerta al fin se cerró y el silencio perduró toda la noche.

-¿Hablaste con el?-Suguru envolvió sus brazos alrededor del cuello del alfa, el cuel está sentado en la orilla de la cama que pocas veces compartieron.

-Le prometí un nuevo perro-Satoru tomo una mano del Omega para depositar un beso en su muñeca.

-¿No crees que consientes demasiado a los niños?- El Omega retiro su toque del alfa, se recostó y dió la espalda a su pareja para demostrar su molestia.

-Lo merecen, amor- Se recostó abrazando por la espalda a su Omega, pegando sus cuerpos-Después de todo son hijos de Gojo Satoru- Con la mano que se encontraba en la cintura de su pareja sujeto el mentón de Suguru, girando su rostros y poder estrellar sus labios contra los contrarios.

-Abuelo-Su pequeño cachorro se encontraba delante de su cama, con las mejillas rojas y con una visible capa de sudor.-Me siento mal-

El anciano se levantó de su lecho y sujeto delicadamente a su nieto guiando de nuevo a su habitación y recostarlo. Bajo al baño por un poco de agua y toallas.

Durante toda la noche velo por el la salud de su nieto. Actualmente tenía 10 años, no poseía recuerdos del alfa de pelo blanco y había olvidado completamente que alguna vez había llevado el apellido de uno de los hombres más poderosos de todo el mundo. Lo educó para ser un humano normal, iba a la escuela, le gustaba ser amable con todo el mundo, para lograr que los demás fueran felices.

Pero el mundo era cruel, aunque su nieto fuera la persona más cálida que había conocido, no recibió el mismo trato que el daba, si la gente adoraba a Yuuji, pero las circunstancias no estaban a su favor, su nieto enfermaba constantemente, su temperatura subía, y según en palabras de su nieto todo su cuerpo dolía.

Lo llevo con médicos que solo recetaban calmantes para aliviar el dolor, pero nunca fueron capaces de explicar el estado de su nieto.

-¿Alguna vez a Nora un patrón en los malestares de Yuuji?-El doctor frente a ellos cuestionó, anotando todo lo relatado respecto al malestar del cachorro.

-Usualmente se presentan en la noche, pocas veces se ha sentido mal durante el día- Wasuke acaricio el cabello rosado del menor, el cual temblaba y quejaba por el malestar.

-Señor necesito revisar a detalle el cuerpo de su nieto-El alfa inmediatamente se puso alerta, tomando las palabras del doctor como una amenaza hacia el bienestar de su mamada-No lo tome a mal señor, tengo una teoría de lo que puede estar mal con su nieto, pero necesito revisarlo-

El alfa soltó el agarre que mantenía sobre Yuuji, permitiendo el acceso al médico de revisar el físico del cachorro.

-Hola Yuuji- El médico saludo cerca del oído del infante-Necesito que me dejes ver tu cuello, solo será un momento-

Sin mucha resistencia, el niño bajo su cabeza, dejando al descubierto su cuello. El médico recorrió con la yema de sus dedos la zona exhibida, encontrando un relieve irregular sobre dónde se encontraba la glándula de aroma del pequeño.

-Idiota-Solto bajo el médico, pero siendo escuchado por el anciano. -Gracias Pequeño-

El médico volvió a su lugar detrás del escritorio. Escribió nuevamente en su cuaderno. Suspiro y miro con preocupación a Wasuke.

-Ya se cual es el problema de su nieto-




Eso sería todo. Por este mes, pero antes. ¿Ustedes que creen que tenga nuestro Yuuji?

¡Papi!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora