Capítulo 12|El castigo.

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Su corazón latía con fuerza en su pecho, tragó duramente saliva cuando el razonamiento y la prudencia lo golpearon.

Lo había hecho, había golpeado al emperador.

Mordió su labio inferior expectante, vió como el alfa se levantaba del suelo, relamió su labio roto mientras se acercaba a pasos lentos al omega.

Los peores escenarios pasaron por la mente de Jungkook en instantes, la valentía abandonó por completo su cuerpo y con sumo temor de ser decapitado se dió vuelta y salió corriendo de la habitación, y para empeorar el humor del alfa cerró la puerta de esta justo en su cara.

Sus pasos fueron apresurados, al igual que sus manos al momento de abrir las puertas de sus aposentos.

El portazo que dió al cerrar lo hizo respirar con un poco más de alivio ante la situación. Tragó duramente saliva mientras su pecho subía y bajaba rápidamente, comenzó a caminar de un lado a otro sin saber exactamente qué hacer luego de semejante locura. —Ah, maldición. —Gruñó por lo bajo, mientras se agachaba en el suelo sosteniendo su cabeza.

Fueron minutos eternos en los que sus pensamientos lo destruyeron con miles de escenarios, todos con el mismo trágico final; él colgado en la plaza pública.

—Debo huir de ese alfa. —Se levantó rápidamente del suelo y dió varios pasos con dirección a la ventana que daba a uno de los jardines, con toda la intención de escapar por allí.

Sin embargo, las puertas se abrieron de forma abrupta de par en par. —¿Ibas a alguna parte, omega imprudente? —Aquella voz tres tonos más profunda que de costumbre logró que cada fibra de su cuerpo se detuviera y con ellas cualquier movimiento o pensamiento lógico. Los pasos resonaron lentamente en la habitación cuando la puerta volvió a cerrarse, el aroma a tierra mojada se comenzó a extender peligrosamente por toda la habitación, estremeciendolo. —¿No piensas responderme? —El alfa chasqueó la lengua.

Jungkook tragó duramente saliva, reuniendo toda la valentía que le quedaba se dió vuelta, levantando el mentón. —Que le importa hacia donde me dirijo, no es su asunto, no sea metiche. —Apretó sus puños, intentando soportar el abrumante y exquisito aroma.

La sonrisa ladina que se formó en los labios del alfa ocasionaron que por una tercera vez el omega pasara fuertemente saliva. —Primero, no te reverencias ante mi. —Un paso hacia el omega. —Segundo, te atreves a insultarme. —Otro paso hacia él, que hizo a Jungkook retroceder hasta chocar contra una pared. —Me golpeas. —Su cuerpo acorraló al omega contra dicha pared. —Y ahora me llamas metiche. —Sus rostros estaban a escasos centímetros y la tensión en el aire era palpable.  —No pienso tolerar más faltas de respeto de tu parte, Jungkook. —Taehyung sostuvo la mandíbula del contrario con firmeza, obligándolo a mirar sus orbes dorados. —Te castigaré por esto, Jungkook. ¿Lo entiendes?

El omega se atragantó con su propia saliva. —N-no te tengo miedo. —Murmuró.

El agarre del alfa en su mandíbula fue bajando poco a poco hasta su cuello, dónde apretó ligeramente mientras acercaba sus rostros hasta que sus labios se rozaron. —No es miedo lo que quiero que experimentes. —Dió en casto beso en los labios del omega sacándole un jadeo. —Te haré suplicar, pero no será por mi perdón.

Antes de que Jungkook siquiera pudiese pronunciar palabra alguna, el alfa tomo su rostro y unió sus labios, tomándolo completamente desprevenido.

The Royals Kim || TaekookWhere stories live. Discover now