❛❛𓄼 ࣪u𝗻𖦹❟❟🥛꒱

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─ diálogos ─
pensamientos
"flashbacks"

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En el pequeño y remoto pueblo de Encanto, Colombia existía una maravillosa familia con dotes mágicos que servía a su comunidad en pos de protegerla. Casi todos sus miembros poseían habilidades prominentes e impresionantes que obtenían a la edad de cinco años gracias a la magia que emanaba su casa, también llamada "Casita". Y de allí nacieron seis niños, los seis nietos Madrigal.

Durante una ceremonia frente al pueblo de Encanto es que los Madrigal recibían sus dotes mágicos, Casita se los regalaba para que protegieran el paraíso que tanto mal había padecido y por ende los Madrigal eran vistos como protectores por los pueblerinos.

Mariano Guzmán era uno de esos pueblerinos, había sido criado por su mamá en el corazón del pueblo de Encanto y creció admirando a los maravillosos niños Madrigal (y a sus padres).
Él tenía dos años más que la primera nieta Madrigal, Isabela, y estuvo en todas las ceremonias (exitosas y fallidas) de dicha familia para obtener poderes, desde Isabela hasta Antonio, pero ningún nieto lo había impresionado tanto como Camilo.

Camilo Madrigal era el nieto del medio y el primer varón de su camada, su madre era una mujer tempestuosa con la capacidad de cambiar el clima y su padre era un bonachón alegre que evitaba las catástrofes de su esposa, mientras que Camilo era divertido, magnético, curioso y cautivante, una intrigante mezcla de sus padres que solía atraer a la gente como polillas a la luz.
Sin embargo lo que realmente atraía a la gente sobre Camilo era su don: la capacidad de transformarse en otros. Irónicamente a Mariano le atraía que le recordara a un adorable camaleón y su sonrisa.

Éste había tenido pocas (escasas) oportunidades de congeniar con Camilo, no porque no quisiera, si no que Camilo siempre estaba tan ocupado que conversar con él era tarea imposible. Y era una lástima, porque las veces que lo logró el jovencito le resultó muy agradable sin siquiera la necesidad de transformarse.

Camilo lo dejaba boquiabierto, y no era por su don precisamente, si no por su manera de ser.

Mariano, por su parte, era inseguro, tímido y torpe, en ocasiones meloso hasta el hartazgo y claramente no muy inteligente, pero se esforzaba en ser buena gente. A los tipos como él les era imposible no sentirse cautivados por personas seguras y extrovertidas como lo era Camilo, el chico era una estrella y Mariano amaba quedarse de noche a componer bajo las estrellas.

 A los tipos como él les era imposible no sentirse cautivados por personas seguras y extrovertidas como lo era Camilo, el chico era una estrella y Mariano amaba quedarse de noche a componer bajo las estrellas

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─ ¿Mariano?

La puerta de su habitación fue abierta de par en par por su madre con un plato de pusandao en las manos.

─ ¿Sí?─ y él dejó su cuaderno de lado. Había pasado la tarde entera componiendo, era hora de un descanso─ gracias mami─ recibió el plato con gusto y, encima de su escritorio, se dedicó a cenar.

Ꮇaოá ᎷᎥlᎧ | MarianiloWhere stories live. Discover now