Epílogo

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Un apuesto muchacho de quince años fingía estar dormido en su habitación. 

― No, no, esto no se queda así, Jooyeon me despertó la semana pasa, me toca. 

― Date prisa o llegaremos tarde. 

― Tranquilo Seungmin, yo sé lo que hago. 

― ¿De verdad piensa dejar que vaya a despertarlo? 

― Sí, en realidad Jooyeon se levanto hace tiempo, pero se volvió a dormir y como no quiere obedecerme, pues que Jiseok lo haga. 

― Bueno, tiene razón. 

― Por cierto, ¿quién ganó la puesta del viernes? 

― Yo, obvio, así que me dejarán elegir su ropa lo que resta del año, todos los viernes, la vida es hermosa al fin. 

― Te encanta presumir. 

― Sí, obvio, me lo gané, además, Jiseok dijo que le gusta un chico y pues obvio tiene que verse bien, como el tío Sunoo dice "le enseñaré a vestirse para seducir", es que Jiseok tiene un buen cuerpo, sería un gran modelo, pero no, el niño insiste en vestirse con casacas gigantes, no digo que esté mal, pero ocultarse de esa manera todo el tiempo no es buen, además ya nadie lo va a molestar otra vez, él solito les cerró el pico a esos desgraciados y yo que pensaba que tendría que mandar a Jooyeon a que intervenga. 

― Pero recuerden que sólo tuvieron permiso de meterse en una pelea en esa ocasión, no quiero que me llamen diciendo que pelearon con alguien. 

― ¿Cómo cree? Jamás pasará eso, no somos ese tipo de chicos, somos niños buenos. 

― Claro que lo son. 

― Jiseok, ya, deja de arrastrarme. 

― Es que no te levantabas. 

― Papi, Jiseok me empujó de la cama. 

― Para situaciones extremas, medidas extremas. 

― Vamos, tu chico siempre llega temprano, además tengo que arreglarte el uniforme, estás terrible. 

― Tío, dígale que no estoy terrible. 

― Podrías mejorar, pero ya váyanse. 

― Suban ahora o los dejo. 

― Ya vamos papá ―Seungmin se volteó―. Suban, ahora. 

― Sí señor. 

Seungmin, Jiseok y Jooyeon eran muy populares en su colegio. 

Jooyeon era un alfa ejemplar, era guapo, tenía buenas calificaciones y era un poco atlético, además de que estaba bastante interesado en la música y eso tenía a muchos omegas suspirando por él, pero sobre todo, era un chico muy educado y amable, no dudaba en prestar su ayuda a quienes la necesitaran. 

Jiseok por otro lado era más del tipo tímido, un omega muy hermoso y tierno, pero muy tímido, no solía hablar con muchas personas, pero desde que se enfrentó a esos tipos nadie volvió a meterse con él, sabía defenderse y en casos extremos pelear bien, también era muy educado, mantenía unas buenas calificaciones y obviamente también le encantaba la música. 

Seungmin era el que tenía un mejor estilo a la hora de vestir, en eso nadie le ganaba, en cuanto a notas también mantenía un buen promedio, era amable, pero era más directo que sus "primos", a veces la gente decía que era un poco frío y cruel, pero en realidad era un amor de persona, sólo tenías que caerle bien y ya, al igual que Jiseok y Jooyeon, su amor por la música era muy fuerte. 

Estos tres chicos aún tienen mucho que recorrer para escapar de la sombra de la fama de sus padres. 

A los diez años habían empezado su vida pública, hacían pequeñas apariciones en televisión y algunas cosas publicitarias con sus padres. 

― Hye In, pensé que no vendrías. 

― Ya estoy mejor, fue sólo un resfriado. 

― Que bueno. 

― ¿Quieres que te acompañe a tu curso? 

― Sí, no me gusta ir sola y mis amigas aún no llegan. 

― Eso nos pasa por llegar tan temprano. 

― Sí, pero no importa, tengo más tiempo para ordenar mis cosas. 

― Bueno, yo te acompaño, así escapo de Seungmin. 

― Tonto. 

― Yo sé que me quieres. 

Ah, y también estaba Hye In, Kim Hye In, hija de Kim Sunoo y Nishimura Riki. 

Cuatro chicos con el peso de la fama de sus padres sobre sus hombros. 

Nuestro último diciembre | jakehoonWhere stories live. Discover now