Barbie y las 12 princesas bailarinas (Derek x F!Reader)

Capítulo 7: Cargas

Rowena llegó a la habitación de las princesas junto con Brutus. 

—¿Y bien? 

Desmond se levantó de la silla mientras informaba a la duquesa—. Nadie entró ni salió. Estuve aquí toda la noche, su excelencia.

 —Maravilloso —Rowena respondió con una sonrisa alegre mientras abría la puerta para encontrar que todas las princesas estaban durmiendo—. Buen día, señoritas. Hermosa mañana, ¿cierto?

Ashlyn bostezó y parpadeó rápidamente. 

—Hora de despertarse. Tenemos mucho que hacer.

Brutus saltó sobre una de las cajas mientras despertaba a las chicas golpeando el plato con un cepillo para el cabello, haciendo que todas las chicas se sobresaltaran. Se metió debajo de la cama mientras recogía los zapatos de Edeline y se los daba a Rowena. 

—¿Estas no eran nuevas ayer? ¡Formen fila ahora mismo!

Te pusiste la diadema antes de unirte a las demás. 

—¿Estuviste bailando anoche? Respóndeme, Delia —le dijo a Edeline, quien rápidamente corrigió su nombre. 

—Soy Edeline.

—No me importa. Respóndeme.

Edeline frunció el ceño mientras evitaba mirar a la duquesa. —Nosotras, eh... Bailamos en el salón.

Se dio la vuelta mientras preguntaba a las demás. —¿Y cómo llegaron allí? ¿Blair? —señaló a Kathleen, quien hizo lo mismo que Edeline. 

—Soy Kathleen.

—¿Y qué? —​​le espetó Rowena. 

—El bote mágico nos trajo —respondió.

—Por favor. ¿Cómo salieron de aquí sin que Desmond las viera?— preguntó de nuevo y Janessa le respondió, señalando el suelo. 

—El portal mágico.

—Esto mágico, aquello mágico. Todas me están mintiendo —regañó y decidió preguntarle a Lacey groseramente—. Eres la más pequeña de la familia. Dime la verdad o todas pagarán.

Frunciste el ceño cuando ella insultó a tu hermana, dando un paso adelante, le reclamaste. —¡¿Cómo puedes hablarle de esa manera?!

Rowena se giró bruscamente hacia ti mientras Lacey respondía en voz baja. —Pero... pero es la verdad.

—¿Cómo te atreves a contradecirme?—te miró con enojo, sentiste la piel de gallina ligeramente por esa mirada—. ¡No son más que sirvientas comunes! Tal vez si las trato como sirvientas, cambiaran de idea acerca de mentirme. Esta mañana deben limpiar el jardín del frente. Lo quiero impecable.

—Pero teníamos que-—interrumpiste, pero ella te apuntó con el dedo. 

—Respondonas. Ahora solo tú limpiaras los escalones.

Decidiste guardar silencio y obedeciste sus órdenes para no meterte a ti ni a tus hermanas en más problemas. 

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—Ni siquiera podemos cantar para pasar el tiempo —Blair murmuró mientras limpiaban las hojas del jardín delantero. 

—No entiendo por qué papá no quiere escucharnos —Hadley e Isla dijeron juntas. 

—¿Cómo se puso todo tan horrible? —Fallon murmuró.

—Al menos el jardín está terminado. Todo lo que queda son los escalones —Delia suspiró aliviada.